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De haber gobernado la derecha

Martes, 14 de Abril de 2020

Que el gobierno de Pedro Sánchez lo está haciendo rematadamente mal y que su impulso a las manifestaciones feministas del 8M constituyó un acto de irresponsabilidad gravísima culpable directo del contagio de miles de personas por el coronavirus son verdades establecidas que organizaciones, medios y gobiernos extranjeros vocean a los cuatro vientos. 

Con todo, quizá suerte han tenido los sufridos españoles de que no gobierne la derecha.  Si la pandemia hubiera tenido lugar con un gobierno de derechas, los ciudadanos estarían ya hastiados de las imágenes de los cadáveres conservados en el hielo y de los ancianos muertos en las residencias.  No habría sido posible el confinamiento porque los liberados sindicales – esos mismos que no se han presentado para trabajar en clínicas y hospitales – los titiriteros subvencionados y las ONGs se habrían lanzado a la calle voceando que era una medida fascista.  El estado de alarma se habría convertido en misión imposible con unos nacionalistas catalanes y vascos yendo del bracete de los partidos de izquierdas al grito de ¡Fuera ejército de las calles!  Las manifestaciones habrían menudeado con la consigna unánime de ¡Asesinos! dirigido contra el gobierno aunque el número de fallecidos no hubiera sido ni la décima parte de los actuales.  Las sedes del PP, de Ciudadanos, de VOX habrían sido cercadas por hordas  que intentarían incendiarlas mientras clamaban por su ilegalización como partidos.  Por supuesto, habríamos escuchado las comparaciones entre los muertos por coronavirus y los caídos en las batallas del Jarama, de Brunete o del bombardeo de Guernica.  Incluso en esta España de mis pecados donde hasta la derecha con Montoro a lomos de la insensatez subió los impuestos de manera insoportable y endeudó a la nación de la forma más temeraria se nos diría que no se gasta lo bastante y que la culpa de todo la tiene el neo-liberalismo.  O sea que casi han tenido suerte los españoles con que gobierne la izquierda.  Les han evitado las imágenes del horror, les han suministrado cifras inferiores a las reales, les han ocultado el protocolo de la sanidad catalana para acabar con sectores enteros de la población, los han encerrado en casa y les han ahorrado infinidad de manifestaciones y actos de violencia reivindicativa reduciendo así los contagios.  El día que buen número de políticos se siente en el banquillo como debe ser todo esto quizá podría ser un atenuante.