Imprimir esta página

IBM

Martes, 14 de Mayo de 2019

Con seguridad, hay gente que no quiere darse cuenta o que, simplemente, aprieta los párpados para no ver, pero la realidad es la que es. 

Cuando era niño, IBM no era una marca.  Por el contrario, era un término para referirse a las computadoras de cualquier tipo.  Daba lo mismo que el artefacto tuviera una dimensión mayor que un armario ropero, que actuara con tarjetas de cartón y que su memoria fuera ridícula.  No les digo más que Hal, el grandísimo cerebro electrónico de 2001. Una odisea espacial, tenía menos capacidad que cualquiera de nuestros teléfonos móviles.  Pero es que IBM era todo en el mundo de la informática.  Por supuesto, nadie sabía que incluso los nazis habían utilizado sus maquinitas para la industria del exterminio durante la segunda guerra mundial, pero, por ejemplo, mi padre – que pensaba en lo mejor para mi – acariciaba entonces la ilusión de que yo fuera “programador de IBM”.  Al parecer, se trataba de una ocupación con futuro que me permitiría ascender en el banco.  La realidad es que yo me hubiera apuntado incluso a un bombardeo con tal de no trabajar en un banco y, por la inmensa misericordia de Dios, nunca me vi en esa tesitura.  El tiempo pasa.  Cuando, finalmente, los ordenadores comenzaron a entrar en los hogares españoles, IBM tenía que competir y dejó de ser el nombre para las inteligencias artificiales.  Hace unos años – no muchos – IBM fue comprado por una empresa china.  No sólo eso.  La compañía procedente de Extremo Oriente fue devorando el mercado a dentelladas.  Ahora mismo, la marca oriental es utilizada incluso en la NASA.  Gigantesco salto el de los chinos teniendo en cuenta que cuando IBM era lo más de lo más – y yo todavía era niño – el cien por cien de la población de China se encontraba por debajo del umbral de la pobreza.  Definitivamente, en nuestro planeta han estado pasando trenes y algunas naciones se han subido mientras que otras, como España, decidieron quedarse en el andén discutiendo inútil y costosamente sobre una guerra civil de hace ochenta años, la inexistente identidad nacional de Cataluña o la manera de integrar mejor a los terroristas aunque sea exprimiendo a unas clases medias en innegable proceso de proletarización.  Algún día, la gente ya no recordará IBM mientras China ha seguido avanzando implacable. Me pregunto también lo que para entonces quedará de España.