Perteneciente a una ilustrísima familia de la Bética, pasó sus primeros años en el hogar de su tía Marcia lo que le proporcionó una esmerada educación y la posibilidad de viajar a Egipto donde conoció las ciencias naturales e incluso el misticismo pitagórico. En el año 31, regresó a Roma donde ni el asma que padecía desde niño le impidió comenzar una carrera política. Su enfermedad lo libró de ser ejecutado por orden del emperador Calígula que lo envidiaba como orador. Claudio también pensó darle muerte aunque, al final, prefirió desterrarlo a Córcega. Aprovechó los ocho años de su exilio en escribir libros de filosofía y, finalmente, regresó a Roma para convertirse en tutor del futuro emperador Nerón. Al llegar al tono con diecisiete años, Nerón colocó el gobierno de Roma en manos de Séneca y de Sexto Afranio Burro. Según Trajano, aquellos años fueron los de “mejor y más justo gobernó de toda la época imperial”. Séneca y Burro bajaron los impuestos, combatieron la corrupción y aseguraron las fronteras imperiales, logros suficientes para provocar la envidia. El ataque contra Séneca vino desencadenado por Publio Sulio Rufo que lo acusó de acostarse con Agripina, la madre de Nerón. En 59 d. de C., Agripina fue asesinada por su hijo Nerón. Séneca y Burro intentaron evitar un destino semejante liberando al emperador de cualquier responsabilidad en el crimen. Sin embargo, en el 62 d. de C., cayó Burro y Séneca solicitó retirarse de la vida pública. Aprovechó aquel tiempo para viajar con su segunda esposa, Paulina, y para escribir lasCartas a Lucilio. Un intento de asesinato contra él se vio frustrado gracias a su rigurosa dieta, pero el año 65, se le acusó de ser parte de la conjura de Pisón contra Nerón. Seguramente, se trataba de una acusación falsa, pero fue condenado a muerte. Optó entonces por suicidarse. Conducido a un baño caliente, el vapor y el asma acabaron con su vida. Su fama como estoico perduraría en los siglos siguientes en que cristianos e incrédulos lo tomaron como precursor. Ciertamente, son escasos los filósofos que han alcanzado una repercusión semejante.
Próxima semana: Trajano, el primer emperador hispano