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Canción de Navidad

Miércoles, 27 de Diciembre de 2017

Cuando yo era niño – y, en términos históricos, de eso no hace tanto tiempo – Dickens era todavía un autor de referencia. Recuerdo haber visto en la Novela de TVE a Paco Valladares encarnando a su David Copperfield y la memoria también me trae una versión de Oliver Twist que, en su modestia de medios, resultaba excelente.

De hecho, a mi logró provocarme una angustia que ahora no conseguiría ocasionarme ni la más sofisticada combinación de efectos especiales. Fue en una época en que la dictadura franquista, en su enorme maldad, nos privaba del placer de contemplar culebrones venezolanos y nos obligaba (sólo había una cadena) a llenarnos las neuronas de Víctor Hugo, Dumas, Balzac o Dostoyevsky. Dickens, como ya señalaba, era uno de esos escritores que no sólo aparecía en la pequeña pantalla con frecuencia sino que además formaba parte de las lecturas habituales. De entre sus obras, a mi la que siempre me emocionó más fue Canción de Navidad. No fue, desde luego, el único relato navideño que salió de la pluma del escritor inglés. A decir verdad, escribió uno todos los años durante una buena temporada de su vida e incluso Engels alabó el titulado Las campanas por su supuesto contenido social. Sin embargo, ninguno supera a Christmas Carol que podría traducirse simplemente como Villancico. Su trama es muy sencilla, pero extraordinariamente sugestiva. Un viejo avaro y miserable llamado Scrooge – personaje, al parecer, inspirado en un ser real - recibe la visita de tres espectros, el de las Navidades pasadas, el de las presentes y el de las futuras. En su compañía, va descubriendo que ha malbaratado su vida dedicado a acumular dinero y que ha perdido infinidad de ocasiones de alegrar las existencias ajenas. Como es posible que algunos de los que lean este post no se hayan acercado a este relato no voy a referirles el final. Sí puedo señalar que el resultado último es un relato de luz y verdad, de redención y alegría, de nueva vida y felicidad. Eso deseo yo a todos los lectores de esta humilde sección. Como dice Dickens al final de su relato: ¡Feliz Navidad y que Dios nos bendiga a todos!