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Josué 1, 8

Miércoles, 30 de Abril de 2008

“Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, de manera que te preocupes de comportarte según lo que en él está escrito. Porque entonces harás que tu camino prospere y tendrás éxito”.

El pasaje de Josué resulta sobrecogedor en su sencillez. El sucesor de Moisés se encuentra a punto de entrar en la Tierra prometida. Puede perderse en planes, proyectos y elucubraciones, pero Dios le da una instrucción clara. Procura vivir como yo os he ordenado vivir y todo irá bien. Bien mirado, recuerda mucho a las palabras de Jesús en el Sermón del monte cuando afirma que hay que buscar en primer lugar, el Reino de Dios y Su justicia y todo lo demás será dado por añadidura (Mateo 6, 33). La misión del creyente es buscar, por encima de todo, obrar de manera que quede claro que su Rey es Dios y el resto vendrá solo. ¿Y qué sucede cuando en lugar de buscar orientación en la Escritura se intenta hallar en otro sitio? Me referiré a ello otro día, pero es para reflexionar el hecho de que España sea la última nación en lectura de la Biblia de un listado de nueve que incluye desde los Estados Unidos a Rusia pasando por Polonia, Alemania, Italia, Francia u Holanda.