Uno de los aspectos más sobrecogedores del libro del Apocalipsis es cómo presenta realidades que contemplamos a diario y que son vistas por Dios de una manera que es muy distinta a cómo las ven los ojos humanos.
A finales de los años sesenta e inicios de los setenta tuvo lugar un movimiento espiritual de especial trascendencia conocido como la Jesus People o la Gente de Jesús. En España – como pasa con casi todo lo importante y más en el terreno espiritual – no se enteró casi…
En su segunda carta a Timoteo – el testamento de Pablo quizá escrito apenas unas horas antes de morir – el apóstol dejó consignadas no pocas instrucciones de valor.
Una de las grandes desgracias de la entrada masiva de paganos en el seno del cristianismo en el siglo IV fue no sólo que se produjo una paganización abrumadora en las prácticas y en las creencias sino que, por añadidura, Jesús dejó de ser el centro del cristianismo.
Para muchos durante siglos, el cristianismo ha sido una fe rezumante de tristeza. Se les ha enseñado y han creído que, por ejemplo, flagelándose o colocándose un cilicio podían agradar a Dios.
Era yo muy joven, tanto que no había llegado a la mitad de mi vida. Me encontraba en Lausana, en una reunión internacional de jóvenes evangélicos. Era uno de los últimos días de diciembre de 1979.
Para aquellos que creen que por sus obras, sus méritos o su sometimiento a ceremonias y ritos les queda abierto el camino del cielo, Dios suele ser, en la práctica, un ente pequeño.
Aunque la Biblia establece claramente (I Corintios 3: 11) que nadie puede poner otro fundamento que Cristo es conocido cómo algunas confesiones religiosas, aun proclamándose cristianas, han colocado otro fundamento que no es él.