Las noticias del día con César Vidal y María Jesús Alfaya.
Programa completo de La Voz de César Vidal publicado el jueves 4 de julio de 2019.
Conocí a Arturo Fernández en la época de COPE. Lo entrevisté y llegué a la conclusión de que era el verdadero rey Arturo. En su caso, el rey de la alta comedia. Volví a entrevistarlo en Es Radio y todavía me pareció más impresionante. Podría escribir un largo panegírico de él. No voy a hacerlo. Me referiré a él en el boletín informativo de hoy del programa La Voz, pero he preferido dejarles con él contándose a si mismo. La entrevista no la emitirán en una casa de la que hasta arrancaron mi foto, pero aquí la pueden disfrutar. Descansa en paz, querido y admirado Arturo. Hasta siempre. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Durante los últimos cuatro años, he viajado a China varias veces al año y confieso que todos los viajes han sido más que interesantes y que de ellos guardo recuerdos magníficos. Espero que aquellos lectores que han tenido ocasión de leer mis crónicas hayan encontrado en ellas siquiera un grano de toda la fascinación que deriva de China. Este viaje era muy especial porque mi hija acababa de defender en chino su tesis escrita en esta lengua y yo acudía a la ceremonia de graduación. Se trataba, pues, de un viaje con un plus de alegría, pero también con un inevitable poso de nostalgia porque me constaba que no sólo iba a decir adiós a la ciudad de Nanjing sino también a China quién sabe por cuanto tiempo.
Hoy nuestra psicóloga de guardia Pilar Muñoz continúa el seminario sobre los pecados capitales.
Las noticias del día con César Vidal y María Jesús Alfaya.
El editorial de César Vidal.
Programa completo de La Voz de César Vidal publicado el miércoles 3 de julio de 2019.
Era un profesor de cabellos completamente blancos, aunque escasos. En su clase, que era diaria, no nos faltaban las obligaciones y una de las más peculiares consistía en aprendernos una ficha en la que figuraba la vida y obra de un escritor francés y además en francés. He lamentado muchas veces el haber perdido aquellas fichas que repetíamos de memoria desde la primera hasta la última palabra. Sin embargo, aún la memoria me trae retazos de aquellos textos. Uno de ellos anunciaba de manera pomposa Francois Villón, poéte et larron (Francisco Villón, poeta y ladrón). La idea de que un poeta pudiera dedicarse además al robo me resultó desde el principio muy sugestiva. Tanto que me empeñé en hacerme con los escritos de aquel sujeto extraordinario. No quedé defraudado. Por ejemplo, en su Legado cuenta como en la Navidad de 1456, una época del año bien desagradable sobre todo cuando no se tiene calefacción, siendo bachiller, Villón decidió liberarse de la cárcel amorosa a que se veía sometido. Pero lo mejor, sin duda, fueron sus baladas. Se trataba de escritos irónicos, cargados de humor, en ocasiones tapizados de melancolía en los que lo mismo se refería a los delincuentes que habían tenido la mala suerte de ser ahorcados que a las damas que antaño fueron hermosas y ahora daban la impresión de haberse convertido en ruinas. Ha pasado más de medio milenio y, sin embargo, Villón se nos ofrece con una frescura y una actualidad sorprendentes. Y no sólo eso. Además Villón no cayó en el cinismo. En sus versos hallamos una manifestación tras otra de su amor por Francia, de su pasión hacia los mujeres y, de manera evidente, de su preocupación por el juicio de Dios que deseaba abordar perdonado por el Altísimo. No sorprende que Robert Louis Stevenson lo convirtiera en héroe de una de sus novelas cortas y que incluso Hollywood se fijara en él y le dedicara una magnífica película – Si yo fuera rey – que, lamentablemente, no resulta fácil de encontrar. Es lo contrario de lo que sucede con su poesía, una poesía a la que merece la pena regresar.