Saco todo esto a colación porque en las últimas horas se ha anunciado la entrada en bancarrota del estado de California. El asunto es de los que mueve a reflexión. De entrada, el PIB de California es 1.812 trillones de dólares lo que equivale al 13% del PIB de EEUU. Dentro de esta nación, California es el Estado más rico en cifras absolutas, y el sexto en renta per capita. De hecho, si California fuera un estado independiente sería la octava potencia económica mundial superando en un 30% al PIB de toda España. No sólo eso. El gasto de las CCAA en España es más del doble del gasto público de California que, no obstante, tiene una renta per cápita que dobla a la española. Bueno, pues a pesar de su prosperidad muy superior a la de toda España, el auditor general del Estado de California, John Chiang, ha anunciado que su oficina suspenderá pagos por valor de 3.700 millones adeudados a los californianos a partir del 1 de febrero. La suspensión de pagos afecta especialmente a las devoluciones de impuestos, a las subvenciones para familias necesitadas y a las becas para estudiantes universitarios, entre otras partidas presupuestarias. Y es que el Estado de California soporta actualmente un déficit fiscal superior a los 42.000 millones de dólares, mientras que España tiene uno de 65.000 millones de euros, es decir, más del doble que el de California. Seamos sinceros y hablemos a calzón quitado. El estado de California tiene menos funcionarios que Cataluña y todos los Estados de la unión sumados tienen menos coches oficiales que España.
Con una superficie y una población ligeramente inferiores a las de toda España, la economía de California es una de las más prósperas del mundo. De hecho, en el supuesto de que California fuera una nación independiente, ocuparía un lugar por delante de España, Portugal o Grecia entre las naciones más ricas del mundo. Pues bien, el estado de California acaba de entrar en bancarrota. La razón de esa situación se halla, fundamentalmente, en la existencia de un gasto público superior al que puede soportar; en la subida de impuestos como medida para enfrentarse con la crisis y en la incapacidad para recortar gastos, tres circunstancias que encuentran paralelos claros y aún más graves en el caso de España.
Y, sin embargo…
- California no tiene un concierto con ninguna parte de su territorio que, como en el caso de las Vascongadas o Navarra, se nutre de un trato fiscal de favor que, por ejemplo, significa que por cada euro que las Vascongadas entrega al resto de España, el resto de España le entrega ocho
- California no tiene nada parecido al gobierno nacional-socialista de Cataluña que despilfarra el dinero de todos los españoles en esperpénticos absurdos como las embajadas de Cataluña en el extranjero, la apertura de un casal catalán en Nueva Gales del Sur o los numerosísimos viajes del barrendero Benach
- California no tiene nada parecido al derroche injustificado en la imposición de lenguas escandalosamente minoritarias como el catalán, el gallego o el vascuence cuya importancia en el plano internacional es absolutamente nula
- California no tiene nada parecido al bloqueo de los trasvases que ha provocado el nacionalismo catalán afectando gravemente a la economía de Valencia y Murcia
- California no tiene nada parecido al voto cautivo impulsado por las administraciones socialistas de Andalucía, Extremadura, Castilla-la Mancha o Aragón
- California no tiene nada parecido al extraordinario número de funcionarios de las administraciones autonómicas. De hecho, tiene menos funcionarios que Cataluña.
- California no tiene nada parecido a las embajadas en el extranjero del gobierno nacional-socialista catalán
- California no tiene nada parecido a unos sindicatos que, en lugar de mantenerse con las cuotas de sus afiliados, viven del dinero de los ciudadanos estén o no afiliados
- y California no tiene nada parecido al dispendio continuo mediante el que determinadas castas políticas, especialmente nacionalistas y de izquierdas, se apoderan de los recursos de todos los españoles
Pues bien, la lección es clara para todo el que esté dispuesto a verla. O la economía de España – mucho menos próspera que la de California – se libera pronto del expolio continuo a que la someten los nacionalistas catalanes y vascos, y de los dispendios que ocasionan gobiernos autonómicos como el andaluz y el extremeño o nuestro único horizonte a medio plazo será la bancarrota, una suspensión de pagos de la que pensionistas, funcionarios y trabajadores serán las primeras víctimas. Porque no vale cerrar los ojos
– aunque todos sepamos quiénes son los responsables de esa ruina – de momento se viene cumpliendo puntualmente el aserto de Catón, el que afirma que los que se lucran con el dinero público viven entre la púrpura y el oro.