Tal y como señala la formación política, lo que inicialmente se llamó Ciutadans de Catalunya era fruto de una reacción ciudadana frente al nacionalismo que controlaba la sociedad catalana desde hacía un cuarto de siglo; frente al hecho de que partidos que no eran nacionalistas habían asumido las mismas políticas que el nacionalismo catalán y frente al vacío que se había abierto en “el espacio electoral de centro-izquierda no nacionalista”. En 2006, Ciutadans saltó al ruedo político catalán como una respuesta gallarda frente a la entrega del PSOE al nacionalismo en la etapa de ZP. Buscaba así satisfacer la frustración de un electorado de izquierdas que contemplaba con enorme desaliento su abandono frente al nacionalismo. En no escasa medida, Ciutadans significaba un esfuerzo político similar al de UPyD – que surgió en 2007 - pero circunscrito a Cataluña. No sorprende, por tanto, que en ambas formaciones acabaran apareciendo deseos de coalición o incluso fusión ya que los objetivos eran muy similares: la articulación de un centro-izquierda que rechazara la apisonadora nacionalista y que realizara una serie de reformas que, en buena medida, podían ser asumidas por todo el espectro político no-nacionalista. Es más que posible que Ciutadans nunca hubiera sobrepasado los límites de Cataluña de no haberse dado dos circunstancias muy concretas. La primera fue la negativa de Rosa Díez – entonces aplaudida por su plana mayor - de llegar a un acuerdo con otras fuerzas y, de manera especial, con Ciutadans. La segunda – posiblemente más importante – fue el pulso independentista librado por Artur Mas que, de haber concluido en secesión, habría colocado a Albert Rivera y a Ciutadans en una situación de peligro físico real. Ciutadans pasó precisamente en esa época a presentarse como una alternativa política a escala nacional que aparecía, muy oportunamente, en medio de un proceso de erosión de los dos grandes partidos. El primer éxito de Ciutadans ya transformado en Ciudadanos tuvo lugar con su entrada en el parlamento europeo en 2014. De manera bien reveladora, los nuevos eurodiputados presentaban una trayectoria histórica en la izquierda - como Javier Nart - o un zigzagueo izquierda-derecha – como Juan Carlos Girauta – de difícil identificación final. Sin embargo, como en el caso de UPyD, buena parte de los votos de Ciudadanos procede de unos votantes de derechas desencantados con la política de Mariano Rajoy y que, a la vez, creen percibir en el partido naranja un eco de sus deseos. Es cierto que con un PSOE entregado al pacto con los nacionalismos catalán y vasco y una derecha que durante años se ha convertido en el único bastión frente a las políticas nacionalistas, esa identificación psicológica no está exenta de lógica. Cargada de lógica incluso, pero no por ello se corresponde con la realidad. Ciudadanos es, en realidad, un partido de centro-izquierda moderado que sabe, por ejemplo, señalar las terribles disfunciones creadas por los nacionalismos regionales, pero que no tiene nada que ver con opciones de centro-derecha. Así, en su página web, Ciudadanos afirma que se nutre del liberalismo progresista y del socialismo democrático, combinación ideológica que debe calificarse de particular como mínimo, pero que encaja con la extracción de sus figuras. Con notable habilidad política, Albert Rivera ha sabido mantener la definición de centro-izquierda a la vez que la ha difuminado en sus intervenciones realizando un llamamiento a un electorado que, en muchos aspectos, está más cerca del PP o incluso de VOX que del PSOE. No se puede decir que Ciudadanos mienta porque la información en su página web es notablemente clara. Es simplemente que muchos de sus votantes se encuentran tan desalentados ante el panorama político que no se han molestado en informarse. El día que lo hagan es muy posible que Ciudadanos acabe teniendo un destino semejante al de UPyD.
1. Economía: el programa de Ciudadanos presenta una clara orientación de centro-izquierda. Combina la existencia de un contrato laboral único con la denominada mochila austriaca, la bonificación a empresas que menos despiden con la renta complementaria, la formación parados de larga duración con la ley de segunda oportunidad o la reestructuración de deuda personal con el fondo europeo para el empleo. En su conjunto, se trata de medidas de corte socialdemócrata que, muy difícilmente, se podrían costear sin elevar los impuestos.
2. Empleo: Ciudadanos presenta una serie de propuestas híbridas en el terreno del trabajo. A la vez que señala su intención de crear un Plan integral de apoyo a autónomos, de apoyar la financiación de las PYMES y de aumentar la inversión en I+D hasta el tres por ciento del PIB – lo que implica mayor gasto público – defiende la reducción de la cuantía de las cotizaciones a la Seguridad social para los contratos indefinidos. Al mismo tiempo, Ciudadanos señala que es favorable a un sistema fiscal que permita recaudar más sin subir los impuestos e incluso que acabará con las SICAVs. El gran problema es que las cuentas no cuadran con tanta facilidad.
3. Aborto. Ciudadanos apoya una solución propia de una izquierda moderada basada en una estrategia de educación sexual para evitar los embarazos no deseados; una ley de plazos que despenalice el aborto durante los tres primeros meses; un período de reflexión de la mujer para decidir; la realización del aborto en la sanidad pública y la imposibilidad de abortar para los menores sin el conocimiento de sus padres.
4. Educación: Ciudadanos es partidario de un sistema de educación laico y estatal así como de un aumento notable de la inversión. Defiende igualmente el uso del español en las aulas catalanas, vascas y gallegas, un tema hacia el cual sólo ha manifestado cierta sensibilidad la derecha.
5. Reforma de la España autonómica. Posiblemente sea ésta el área en la que Ciudadanos pisa un terreno más firme y que constituye uno de sus mayores atractivos. Propone limitar la capacidad de endeudamiento de las administraciones públicas, la reducción de la estructura administrativa y la reforma – o incluso supresión - del senado. La realidad es que sólo unos recortes espectaculares en este terreno permitirían a Ciudadanos llevar a cabo su programa sin subir drásticamente los impuestos.