Te venden una casa espléndida por el precio de la caseta de un perro… es un chollo. Pagas el banquete de boda de tu hija para cien comensales por el coste de una comida de pareja… es un chollo. Te ofrecen colocarte en la administración sin saber hacer la o con un canuto… es un chollo. Pues bien, el encuentrachollos se caracteriza por defender una mentira no pocas veces absurda a la que se le da carácter no sólo de verosímil sino de dogma y vivir de ella gracias al dinero que Montoro saca de los bolsillos a los contribuyentes. A esto se añade que el camelo, base del chollo, generalmente es desmentido por el simple sentido común, pero ¡ay del que se atreva a decirlo! Por ejemplo, los defensores del calentamiento global saben de sobra que transmiten un cuento desmentido por la realidad – casi nos mata de frío estas navidades – pero se apoyan entre si, persiguen al que niegue que nos hemos achicharrado este mes de diciembre y reciben dinero público a raudales. Algo semejante sucede con el heteropatriarcado hispano. A pesar de la manera en que los defensores de la ideología de género falsean datos y ocultan cifras, la realidad es que la mayoría de los asesinados en España son varones, que España tiene una de las cifras más bajas de muerte de mujeres de toda la Unión Europea y que los gastos añadidos encima no sirven para nada salvo para engordar los bolsillos de ONGs que no pocas veces están vinculadas a políticas fácilmente identificables. Detengámonos en la lucha contra la xenofobia. Los beneficios que reciben determinados sectores de recién llegados a España – incluso ilegales – carecen de paralelo entre los españoles que los sustentan con sus impuestos. Dígase, sin embargo, que la mayoría de los que reciben ayudas por alquiler en la Comunidad de Madrid no se apellidan García o López y los encuentrachollos, con las ONGs a la cabeza, lo despellejarán urbi et orbi. No hablemos del encuentrachollismo que gira alrededor del lobby gay. Enrojecen sus gargantas clamando igualdad e inclusión cuando la realidad es que son maestros a la hora de forzar la exclusión de los que no comulgan con sus ruedas de molino y de implantar la censura y la desigualdad en todos los ámbitos. A mi, personalmente, me parece de perlas que gays y transexuales, creyentes en el calentamiento global y amigos de la invasión islámica, paguen con su dinero personal a organizaciones y corifeos. Sin embargo, creo que ya ha llegado la hora de que concluya el asalto al presupuesto protagonizado por los encuentrachollos.