La habremos hecho o porque la segunda temporada de La Voz, Dios mediante, estará asegurada – recuerden ustedes que si no llegamos hasta el último céntimo de la cantidad no podremos retirar un solo euro de lo comprometido – o porque habremos fracasado a unos centenares de euros de la meta. Ésta se puede tocar con sólo estirar algo la punta de los dedos, pero en sus manos está que podamos atravesarla antes de que el plazo se cierre o que no sea así. Suceda lo que suceda, guardaré siempre una deuda especial de gratitud hacia Luis Ortiz, padre de la idea, Elvira, Gabriela, Ana, Romina y todos aquellos que se destacaron por su esfuerzo diario en lograr que La Voz no enmudeciera. A mi regreso del Tíbet me enteraré de lo que haya sucedido. Gob bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!