Blanco es blanco y no verde botella
Esta semana ha estado repleta de acontecimientos aunque muchos no hayan captado el contexto de su desarrollo. Dejenme detenerme en uno de ellos. En el seno de la OEA, tuvo lugar un enfrentamiento a cara de perro entre organizaciones LGTB y organizaciones cristianas opuestas a la ideología de género. El combate estaba amañado porque la baranda del evento es pro-LGTB y no perdió ocasión de poner zancadillas a los otros. Con todo, en uno de los días, cuatro representantes de la corriente pro-familia desplegaron una elocuencia más que notable en favor de sus opiniones. El gozo duró poco porque, al día siguiente, aparecía un video en que el papa Francisco se manifestaba a favor de que las uniones homosexuales tuvieran una cobertura legal. La puñalada por la espalda era de consideración y la jugada, maestra. A partir de ahora, los impulsores de la ideología de género en Hispanoamérica – donde se libra una batalla a cara de perro – cuentan con un argumento de oro: la mayoría de la población hispanoamericana es católica y esa población mayoritaria tiene como dirigente espiritual – infalible, por más señas – a un señor que acaba de declararse totalmente a favor – yo lo defiendo, dice – de legalizar las uniones homosexuales. A mi personalmente lo que diga el papa Francisco no me impresiona. Es un icono de la agenda globalista todavía más de lo que es George Soros y basta con leer sus documentos pontificios o atender a sus homilías para verlo. Repite una y otra vez los dogmas de la agenda globalista como la calentología, los ataques al liberalismo y a la economía de mercado, el desprecio por la propiedad privada, la defensa de las inmigraciones descontroladas (siempre que no le entren en el Vaticano, claro está) y la utilización de los indígenas en Hispanoamérica como instrumento de trastorno social. no sorprende que tanto el socialista Pedro Sánchez – que ha ido a verlo este fin de semana – como el comunista Pablo Iglesias hablen bien de él. A fin de cuentas, los tres repiten los mismos lemas globalistas. Con todo, en el tema de la ideología de género, Francisco se había mostrado hasta ahora un poco más prudente y se había limitado a algunos guiños acá y allá, seguramente, porque a sus seguidores les salta más a la vista. Las declaraciones ahora han resultado tan claras que ni siquiera los más fieles han podio evitar verlas. A un lado, se han agrupado los que consideran que el papa ha pronunciado un disparate inmoral y han insistido en que se ha opuesto a la doctrina católica sobre la homosexualidad. En ese bando, están desde obispos como el de Providence que ha publicado un comunicado donde el pontífice no queda precisamente bien parado al obispo de Astana monseñor Schneider al que le ha faltado un pelo para llamar hereje al papa… o no. Incluso un medio tan claramente tradicionalista en España como Infocatólica no se ha manifestado de forma precisamente positiva en relación con las declaraciones del pontífice. Así, Luis Fernando Pérez, su fundador, ha escrito en sendos twitts. En uno de ellos afirma: “la secta neocona oficialista ya ha puesto en marcha la maquinaria para hacernos creer que el líder no ha dicho lo que ha dicho o que en realidad no ha querido decir lo que ha dicho. Sois la peor metástasis del cáncer modernista, majetes”. Pocas horas después remachaba: “Días difíciles para la secta oficialista. Su líder no les deja ninguna salida decente. Se van con él al infierno de los traidores del Evangelio”. Y es que no le faltaba razón. Guste o no, el papa se ha expresado en contra de la doctrina católica para alegría de los colectivos LGTB en Hispanoamérica y consternación de sus fieles. Ante una situación así, la salida para muchos es afirmar que Francisco no ha dicho blanco sino verde botella. La manera en que lo han intentado es ridícula e incluso digna de compasión. Algunos han intentado evitar que el tema se abordara en las redes sociales, pero la censura está muy mal vista y no han tenido éxito. Otros han pretendido que se habían sacado de contexto las palabras del papa cuando cualquiera que vea el video se queda sin duda alguna de lo que está diciendo. Finalmente ha habido incluso los que han pretendido que el Vaticano – que sigue sin dar explicaciones – las ha dado y aportan como prueba un material de Aciprensa… de 2014. Es decir que la Santa Sede ya explicó en 2014… ¡¡¡lo sucedido en 2020!!! Todo con tal de no ver la realidad porque esa realidad hace añicos los mantras que llevan repitiendo toda la vida. Ya pueden imaginarse ustedes lo que le espera a una sociedad que, desde hace siglos, ha sido adobada en esa manera de enfrentarse con la realidad: fidelidad al líder haga lo que haga, relativización de los principios según quien manda, renuncia a pensar y sacar conclusiones críticas, aferramiento al dogma por encima de la realidad… vamos, el tipo de sociedad que sigue votando a Pedro Sánchez o que considera que Casado estuvo bien en la moción de censura. Pero, por mucho que se empeñen, blanco es blanco y no verde botella.