Pero entonces, cuando estalló una epidemia en el campo, contempló con horror cómo los guardias rojos colocaban sobre los cuerpos de los enfermos el Libro rojo de Mao y recitaban algunas de sus máximas a la espera de que operaran la curación de los desdichados. La dictadura podía ser terrible, pero no cabía la menor duda de que no eran precisamente un modelo de materialismo dialéctico. Desilusionado, marchó a Albania una dictadura comunista del sur de Europa que, ciertamente, trató muy bien a la madre Teresa, pero que resultaba escalofriantemente dogmática. Allí encontró acogida rápida el español y allí se quedó hasta la caída del régimen. Ignoro si después buscó refugio en la Venezuela de Chávez o acabó pensando con sentido común. En cualquier caso, su experiencia deja de manifiesto lo que era la dictadura comunista de Albania. A ella le dedicamos uno de nuestros Corría el año… Disfrútenlo. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!