El editorial de César Vidal.
Programa completo de La Voz de César Vidal publicado el viernes 29 de enero de 2021.
Los mecanos no presentaron resistencia a las tropas de Mahoma. A esas alturas, resultaba más que manifiesto que no hubiera servido de nada salvo para que la ciudad quedara sumida en un baño de sangre. Mahoma entró en la ciudad y, según la tradición, se dirigió hacia la Kaaba y ordenó que se procediera a la destrucción de las imágenes que había en su interior. No resulta fácil saber qué deidades se hallaban representadas en el interior del santuario. Muy posiblemente, había alguna imagen de Hubal, patrón de la Meca; de las tres diosas que se filtraron en las aleyas satánicas; o de personajes como Wadd, Suwaa, Yagut, Yauq y Nasr[1]. Sólo hizo Mahoma una excepción, por otro lado, bien significativa. Se trataba de una pintura que representaba a la Virgen María y al Niño Jesús que, según la tradición, llegó a cubrir con su mano para evitar su destrucción.
Con Sagrario Fernández-Prieto.
Las noticias económicas del día con César Vidal y Lorenzo Ramírez.
Las noticias del día con César Vidal y María Jesús Alfaya.
El editorial de César Vidal.
Programa completo de La Voz de César Vidal publicado el jueves 28 de enero de 2021.
El último monarca de los Austrias constituyó un epítome de la decadencia española. Enfermo mental fruto de enlaces consanguíneos tolerados por la autoridad eclesiástica, pasó a la Historia con el sobrenombre de el Hechizado. Como era fácil de prever, aquel rey no pudo defender a España de los asaltos de Francia ni de los pactos que mantenían las restantes potencias para repartirse el imperio español. Con él concluyó una dinastía que, en no escasa medida, utilizó a España en defensa de los intereses de la iglesia católica y, de esa manera, empujó al imperio español hacia su colapso. No deja de ser una patética imagen del reinado que al monarca se le denominara el Hechizado porque se creía que había sido objeto de conjuros en su infancia que habían trastornado su mente y su cuerpo. Se identificaba así el origen de sus dolencias con un problema religioso y espiritual. El diagnóstico era, desde luego, erróneo, pero bien revelador de por dónde discurría la nación. A fin de cuentas, el mal de Carlos II no era la hechicería sino una debilidad mental y física. Hasta los seis años no pudo caminar y la mayoría de edad – que había sido fijada a los catorce años en el testamento de Felipe IV - hubo que retrasarla hasta los dieciséis. Procedía el mal que aquejaba a Carlos II de la consanguinidad. Hay que tener en cuenta que era hijo de Felipe IV y de su sobrina la archiduquesa Mariana de Austria, que había sido prometida de su hijo Baltasar Carlos.
Por Pilar Muñoz.