Que la genialidad del Quijote acabara teniendo repercusión en otras obras literarias, en la música, en el teatro e incluso en el cine resulta natural. Cuestión aparte es que hayan sido más o menos afortunados esos ecos. Hoy quiero recomendarles, a riesgo de que me tilden de hereje, una comedia musical titulada El hombre de la Mancha de Dale Wasserman. Pongamos las cosas claras desde el principio. Si se contempla El hombre de la Mancha como una adaptación del Quijote obviamente hay que decir que el resultado es un desastre. Todo queda reducido al ámbito de la venta – aunque hay una referencia a la aventura de los molinos de viento – Aldonza es confundida con Dulcinea, aparecen personajes desconocidos… La objeción es lícita, pero parte de no entender lo que es El hombre de la Mancha. La obra – como si fuera una novela histórica – nos lleva a un momento pre-Quijote. Un autor teatral llamado Miguel de Cervantes es detenido por la inquisición a causa de una representación como mínimo sospechosa. Encerrado en una prisión a la espera de las acciones judiciales pertinentes, Cervantes se encuentra con todo un universo carcelario dispuesto a quitarle hasta la punta de un alfiler que llevara encima. Para poder sobrevivir en aquella zahurda, Cervantes decide contarles una historia en torno a un hidalgo enloquecido por leer libros de caballerías. A partir de ese momento, el Cervantes del musical – convertido en película - va desgranando una serie de motivos que son realmente quijotescos. El ideal quijotesco aparece relatado en The Impossible Dream (El sueño imposible), el amor puro y caballeresco descrito en Dulcinea o la fidelidad del escudero en su I like him (Me gusta). Insisto: no se trata de una adaptación del Quijote sino de un musical que trata de un hombre que ya tiene el Quijote en la cabeza, pero que no le ha dado forma todavía. Al final, Cervantes será sacado de la prisión para rendir cuentas y el jefe del hampa encerrado en la mazmorra se percatará de que un manuscrito que guarda celosamente es sólo el embrión de la historia que les ha contado. Cervantes y el Quijote se fusionan prácticamente en una misma nobleza idealista en medio de un mundo de truhanes en el que, quizá, es imposible que los inicuos sean derrotados o, quizá, no sea así, pero, en cualquier caso, merece la pena buscar la realización del sueño imposible.
Debo reconocer que El hombre de la Mancha es una obra que me gusta más cuanto más la veo. No porque sea una adaptación musical del Quijote sino porque plantea la genialidad de pensar cómo pudo ir elaborando Cervantes su gran libro, porque ha captado la enorme belleza de algunos de sus aspectos y porque muestra hasta qué punto sigue siendo totalmente vigente.
La película de 1972 contaba con un reparto excepcional. Peter O´Toole compuso a un Cervantes y a un Quijote totalmente convincentes; Sofia Loren encarnó una Aldonza desgarrada, grosera, pero en la que prende, finalmente, la esperanza; James Coco se convirtió en un Sancho creíble mientras que Harry Andrews representó un extraordinario hampón y ventero; John Castle dio vida a un cínico Sansón Carrasco, Ian Richardson a un cura convincente y Brian Blessed a un imaginario y cruel Pedro. Ni que decir tiene que, como pasa con los musicales, lo mejor fue, muy posiblemente, la música. Yo les dejo con dos videos de dos de los números mejores de la obra. Espero que los disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Aquí tiene a don Quijote contándonos cuál es su sueño imposible
Y aquí explicando a Aldonza – a la que ve como Dulcinea - su idea del amor