A lo largo de nuestra existencia, en realidad, si seguimos a Jesús vamos subiendo de la misma manera que iríamos venciendo los obstáculos para alcanzar la cumbre de una montaña. Por supuesto, pueden darse caídas y resbalones y retrocesos, pero debemos seguir ascendiendo.
Ignoro, a decir verdad, en qué lugar de mi subida me hallo, pero sí sé que esté donde esté, cuando llegue el final de mi existencia, Jesús me estará esperando en la cima porque no confié en mis méritos sino que acepté su invitación para entrar en el Reino de Dios sólo sobre la base de su gracia y de su amor.
Este hermoso himno góspel – Yendo hacia más arriba – recoge como pocos la inmensa alegría de saber que, a pesar de las propias debilidades, aquellos que nos confíamos a Su gracia y no a nuestros supuestos méritos, no dejamos de ascender hacia Dios, que Él no permitirá que caigamos al vacío y que nos acabaremos encontrando con Su amor en la cima. Seguramente, no les sorprenderá si les digo que es uno de mis himnos evangélicos preferidos. A decir verdad, soy incapaz de escucharlo sin emocionarme.
Les dejo una versión del Coro Gospel de Madrid. Sin comentarios. Saquen ustedes sus conclusiones y, como siempre, God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!