Escuché esta canción por primera vez al poco de convertirme. Aparte de su música dulce, casi acariciadora, su letra me llegó al corazón. El amor de Dios es, ciertamente, imposible de describir en toda su hondura y en no escasa medida resulta incomprensible salvo para aquellos que creen – bastante disparatadamente – comprenderlo ya que piensan que tiene que ser complementado por nuestros méritos o que es el propio de un Santa Claus tontilón. No es así y, de hecho, su inmensa grandeza aparece en la cruz y, ciertamente, como dice la canción que traigo hoy si todos los hombres fueran escritores, y cada hoja fuera un pincel y todo el mar estuviera formado por tinta… ni aún así lograrían describir todo el amor de Dios.
Se trata de una canción evangélica muy popular que, lógicamente, se ha traducido a numerosas lenguas. Yo les traigo dos versiones distintas entonadas en el programa de los Gaither, una musical y otra, finalmente, en español. Espero que las disfruten y, sobre todo, que mediten sobre tan sublime mensaje. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Primera versión en el programa de los Gaither
Segunda versión en el programa de los Gaither
Versión musical de solo de violín
Una versión en español