Es posible que la luz que tengamos sea pequeña y, en realidad, cuesta creer que no sea así, pero, a pesar de nuestra diminuta pequeñez, debemos hacer que brille. Aquellos que seguimos de corazón a Jesús como mesías tenemos como misión ser luz en medio del mundo y esa luz no se oculta sino que debe difundir su luminosidad (Mateo 5: 14-16).
Si algo que he tenido claro desde mi conversión es que mi luz era reducida, incluso minúscula, pero sólo tenía algún valor si se arrojaba sobre la vida de otros. No temo a las consecuencias porque sí temo no tener la oportunidad de poder lanzar esa luz sobre esa misma persona una vez más. No temo a las consecuencias porque esa luz no es mía sino que sólo refleja pobremente la de Jesús que es la Luz del mundo (Juan 8: 12). No temo a las consecuencias porque sé que es mi misión en este mundo y también la raíz de cualquier recompensa que pueda recibir en el otro. En estos momentos, en que sigue estando en el alero si La Voz se podrá seguir escuchando el año que viene o habrá sido su última temporada, yo sé que tanto si es que sí como si es que no, la pequeña luz que llevo conmigo seguirá brillando. Por eso, siempre me emociona esta canción y es que es un privilegio, una alegría y una bendición hacer brillar la luz por pequeña que sea.
Les incluyo tres versiones de esta canción. La primera está entonada por un coro infantil, la segunda por el Soweto Gospel Choir y la tercera por un coro evangélico negro. Disfrútenlas y si tienen algo de luz en su interior… déjenla brillar. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Ésta es la versión entonada por el coro de niños
Ésta es la entonada por el Soweto Gospel Choir
Y ésta es una hermosa versión Gospel