Ciudadanos sigue groggy sin reponerse de que el poder que soñaba cercano haya recaído en una fuerza política que no llega al centenar de diputados. De la corrupción relacionada con el PSOE o con el nacionalismo catalán, debe señalarse que, de manera llamativa, las causas parecen estar durmiendo en los tribunales el sueño eterno, algo que no sucederá, previsiblemente, con las del PP. por supuesto, los impuestos seguirán subiendo porque Montero es la versión femenina de Montoro. Lógico porque sigue vaciando los bolsillos de los contribuyentes para pagar las fiestas nada baratas del nacionalismo catalán.
A este lado del Atlántico, tampoco es que estén las cosas para lanzar cohetes. En Nicaragua, la sangre sigue corriendo en un enfrentamiento donde la presencia extranjera no es difícil de ver. En Venezuela, Mauro sigue encastillado en mantenerse en el poder. En Cuba, la dictadura ha decidido lavarse la cara permitiendo el matrimonio homosexual. En Brasil, da miedo salir a la calle y los narcos señalan cómo tienen más poder que el ejército. En Argentina, Macri que no hizo lo que tenía que hacer tampoco parece capaz de evitar que la nación se sumerja en una espiral de inflación. En Estados Unidos, sigue siendo un enigma el resultado de las elecciones legislativas de fin de año y mientras los demócratas piensan en avanzar con el impeachment de Trump, la economía sigue floreciente y el desempleo continua cayendo. En paralelo, China está ganado la carrera espacial. Ante situaciones así – y otras mucho peores - caben tres opciones. Una es la del avestruz. Cerremos los ojos y nada nos pasará.
La segunda opción es cerrar los ojos, pero en el sentido de no querer ver lo que sucede y seguir apoyando lo que no son sino edificios que se tambalean. Como la conducta anterior la entiendo, pero no puedo compartirla. Es más la simple idea de confiar determinados listas en las que van ciertos sujetos no me tienta lo más mínimo.
La tercera opción es preguntarse a dónde ir y aquí entra la canción de esta semana porque la verdad es que sólo podemos acudir con garantías a Jesús. A Jesús que no a alguna peculiar institución que pretende representarlo en régimen de monopolio y que ha aprovechado esa afirmación para acostarse con todo poder fáctico que se le ha puesto al alcance o, como me decía el director de un centro local de COPE, “el problema de… - y aquí daba el nombre de un cardenal – es que le gusta mucho acostarse con los políticos”. Por supuesto, la afirmación – rigurosamente exacta – no se refería a la vida privada del cardenal sino a sus coqueteos duros y continuos con el poder. Cuando hablo de Jesús hablo de Jesús, no de los que usurpan su nombre y su lugar.
Creo que nadie debería llamarse a engaño: en este mundo sólo se puede acudir a Jesús y eso es lo que expresa esta canción. Es una canción de alegría porque reconoce que en esta vida hay muchas circunstancias extraordinarias que nos proporcionan felicidad, pero también hay otras menos gratas e incluso dolorosas. La tentación, la maldad, la hipocresía, la corrupción, la inseguridad, el temor pueden asediarnos, pero de ellos sólo nos librará Jesús el mesías-siervo. Si no ha hecho la prueba, hágala. No quedará defraudado.
He escogido dos versiones de esta maravillosa canción. La primera es de Elvis Presley y - ¿hay que decirlo? – resulta espléndida. La segunda – con subtítulos en inglés – es de la Gaither Vocal Band. Excelente. Disfruten de la canción, pero, sobre todo, mediten en su mensaje. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Aquí está Elvis
Y aquí la GVC y un grupo de amigos extraordinario