En otras palabras, la relación con Dios puede resultar buena, incluso gratificante siempre que no esté unida a demasiado movimiento y mucho menos a cambios que puedan apartarnos de nuestras raíces y nuestro entorno. Puedo comprender que haya gente que piense así, pero su visión de las cosas no puede ser más distante de la realidad. Jesús no llamó a la gente a quedarse tranquilas donde estaban sino a seguirlo aunque eso significara dejarlo todo. La vida del que cree en Jesús es seguimiento y el seguimiento es imposible cuando se está cómodamente tumbado en un sillón. Seguir es seguir y ese seguimiento puede incluir la muerte más vergonzosa de la época como era, en tiempos de Jesús, la crucifixión. ¿Qué hacer, pues?
Esta canción – de la que no conozco versión española – responde en un espíritu propio del Evangelio. Jesús nos invitó a seguirlo aunque eso implicara dejar todo y llevar la cruz. Lo hizo porque él mismo murió en la cruz para ofrecer el sacrificio expiatorio que nos limpiara del pecado. La canción constituye, pues, una respuesta alegre a ese llamamiento. Sí, adonde quiera que El me lleve yo iré. No es fácil, puede ser, quizá tampoco es agradable, pero así lo haré.
Debo decir que he pasado por esa experiencia varias veces. No me agradaba adonde debía ir o simplemente marcharme. Sin embargo… sin embargo, siempre he tenido muy claro que no hay nada mejor para mi que lo que El disponga. Estoy absolutamente convencido de que, esté como esté donde me encuentro, allá donde me conduzca, iré.
Les he incluidos dos versiones de esta hermosa canción. La primera es de Alan Jackson y la segunda de Terry Warren. Espero que las disfruten, pero que, sobre todo, reflexionen en su mensaje. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Ésta es la versión de Alan Jackson
www.youtube.com/watch?v=mRJY7SlujNw
Y ésta la de Terry Warren