Espero que los lectores habituales sean indulgentes conmigo que, no como compensación sino aparte, intentaré irles contando gráficamente y por escrito lo que me encuentro en el Techo del mundo. De nuevo, solicito su paciencia, pero también que no se desmovilicen con el crowdfunding – el campus literario parece que ya está definitivamente encauzado – a fin de que alcancemos la meta de la que nos separan muy pocos miles de euros. De una manera u otra, haremos historia el 30 de agosto. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!