El viejo que leía novelas de amor
Autor: Luis Sepúlveda.
Editorial: Tusquets.
160 págs.
Antonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región amazónica de los indios shuar (mal llamados jíbaros), y con ellos aprendió a conocer la Selva y sus leyes, a respetar a los animales y los indígenas que la pueblan, pero también a cazar el temible tigrillo como ningún blanco jamás pudo hacerlo. Un buen día decidió leer con pasión las novelas de amor -«del verdadero, del que hace sufrir»- que dos veces al año le lleva el dentista Rubicundo Loachamín para distraer las solitarias noches ecuatoriales de su incipiente vejez.
En ellas intenta alejarse un poco de la fanfarrona estupidez de esos codiciosos forasteros que creen dominar la Selva porque van armados hasta los dientes pero que no saben cómo enfrentarse a una fiera enloquecida porque le han matado las crías.
Siguiendo nuestra costumbre, este tercer jueves del mes recordaremos esta excelente novela que ganó el Premio Trigre Juan y fue reeditada más de veinte veces.
Todo un canto a la vida en la selva y, de manera muy especial, un recuerdo del poder liberador de la lectura.
Los juegos infantiles en Bruegel
Autor: Marie Barguirdjian Bletton.
Editorial: SM.
El pintor neerlandés nos invita en este libro a descubrir el mundo de los juegos. En la plaza de un pueblo de Flandes, en el siglo XVI, más de 250 niños se divierten con juegos de todo tipo. un libro lleno de solapas que recrean la actividad de los niños en aquella época.
Un libro importante, indispensable para formar parte de una buena biblioteca infantil.
Para prelectores, primeros lectores y adultos.