El comienzo de la prosa española, propiamente dicho, es decir, la prosa romance escrita, no comienza hasta principios del siglo XIII.
Hay que tener en cuenta que la lengua romance era un lenguaje muy básico utilizado para las necesidades cotidianas y la comunicación familiar. Pero entre las capas del latín oficial empezó a filtrarse la realidad del romance hablado.
Sin embargo, las primeras manifestaciones literarias de la prosa no se manifiestan, como decimos, hasta principios del siglo XIII, cuando poco a poco la lengua romance, va sustituyendo al latín en las colecciones de apólogos, tratados doctrinales y morales y obras históricas. Es un hecho trascendental: con la prosa se abren a la literatura medieval nuevos campos: la ciencia, la historia, el pensamiento. Hay un didactismo que será fundamental para el conocimiento científico del mundo y de la historia, junto a una actitud moral encaminada a ofrecer al hombre modelos de conducta. Alfonso X el Sabio y la Escuela de Traductores de Toledo serán fundamentales para el desarrollo de la cultura, tanto en España como en el resto de Europa.