Las reflexiones que se me ocurren son diversas. La primera que si hemos llegado hasta aquí ha sido porque Dios nos lo ha permitido y porque hay gentes como Elvira, como Gabriela, como Ana, como Luis Ortiz - que hasta tuvo la idea - que, sin recibir nada a cambio, salvo mi gratitud han puesto cada día su esfuerzo al servicio de esta meta. Sin esas personas, no habríamos llegado jamás a donde estamos. La segunda es que, ciertamente, el dinero calculado para el programa es una cifra más que modesta. Es verdad que puede serlo porque ni su director, si su subdirector ni los técnicos cobran un céntimo por su labor, pero aún así, es muy humilde. Sólo con la cantidad que nos queda por reunir apenas se paga a cualquier contertulio medianamente conocido de programa televisivo. Sólo con la suma total no cubriríamos ni medio año del salario del director de muchos programas de tercera en la radio. Y no voy a hacer comparación con las cifras de los programas importantes no porque las comparaciones sean odiosas sino porque, en este caso, sería como comparar a un microbio con un paquidermo. Pero, precisamente en esa situación, se explica nuestra independencia. No emitimos el programa para ganar dinero sino porque pensamos que hay cosas más importantes, muchísimo más, que ganar dinero y así lo demostramos día a día. Nunca habrá un banco, una caja, unos grandes almacenes, un partido, un sindicato, una confesión religiosa, un grupo de presión que nos marque la agenda siquiera porque también nos pone publicidad. Decimos la Verdad - guste a quien guste e irrite a quien irrite – y la decimos con independencia y gallardía, contando lo que la mayoría oculta y ahondando en unas raíces que la mayoría desconoce o prefiere silenciar.
Ahora estamos ya viendo el final del trayecto para llegar a esa segunda temporada de La Voz. Sé que el mes es malo, que la gente se desmoviliza por vacaciones, que hay quien deja todo para el final… pero no podemos dormirnos con tanto avanzado. Como ustedes saben, si no se reuniera el cien por cien de la cantidad, el crowdfunding no permite recoger un solo euro y no se habría conseguido nada a pesar de estar ahora en más del 80 por ciento. Lleguemos hasta la meta y habremos hecho historia de la radio en España, la historia de un grupo de personas – poco más de las trescientas a día de hoy – que lograron reunir una cantidad modesta, pero suficiente para emitir la segunda temporada de un programa radial verdaderamente independiente y que, por encima de todo, demostraron que hay razones más importantes para esforzarse en esta vida que el dinero, la fama o la influencia. Dios quiera que así sea. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!