La relación privilegiada con Maduro y sus secuaces resulta innegable aunque sólo sea por los fondos recibidos y por el voto contrario a la censura del gobierno venezolano en el parlamento europeo. Sin embargo, deseo centrarme en la otra afirmación. Decir que Podemos defiende el modelo escandinavo sólo puede ser fruto de la ignorancia supina o de la demagogia más desvergonzada. De entrada, las naciones escandinavas no cuentan con un salario mínimo interprofesional obligatorio y el despido es prácticamente libre. En Dinamarca, por ejemplo, resulta gratuito para la empresa en la mayoría de los casos. A esto se añade que los funcionarios no son vitalicios y pueden perder su puesto si no son diligentes. Además los parados deben aceptar el trabajo que les ofrezcan so pena de perder el subsidio de desempleo. ¿Plantea eso Podemos para los trabajadores públicos y privados? Los impuestos son también más bajos que en España e incluso Suecia, que podría ser la única excepción, redujo el impuesto de sociedades hasta el 22 por ciento hace dos años. ¿Defiende eso Podemos? En términos energéticos, las naciones escandinavas han apostado por la energía nuclear hasta el punto de que en Dinamarca representa el 74 por ciento. ¿Es ésa también la apuesta de Podemos? Con respecto, a la educación, los países escandinavos no sólo cuentan con el cheque escolar para impulsar la libertad de elección sino que sus profesores acceden al puesto a través de una selección rigurosa que en España han impedido encarnizadamente los sindicatos. ¿Es ése el plan de Podemos? Añádase – sin ánimo de ser exhaustivos – que en la sanidad existe el copago, que las infraestructuras están en buena medida en manos privadas y que existe una mayor facilidad para abrir empresas que en España. ¿Comparten esa visión en Podemos? Las naciones escandinavas han evolucionado de una manera muy positiva sobre la base de principios establecidos por la Reforma del siglo XVI como el trabajo, la educación universal y de calidad, la meritocracia o la supremacía de la ley. Esos principios facilitaron un desarrollo capitalista más que notable en el siglo XIX e incluso una socialdemocracia realista y sensata. Los frutos son obvios, pero, por desgracia, en nada se parecen a los que cabría esperar de Podemos.