Salí de aquella eventualidad convencido de que el lugar de Irene Lozano era un PSOE como el que propugnaba ZP y de que Luis Herrero puede resultar incomparable cuando se trata de la apertura a sinistra. De ahí que me quedara de una pieza cuando Irene Lozano entró en las listas de UPyD. Me consta que no pocos simpatizantes de UPyD e incluso de sus afiliados no vieron aquel paso con agrado e incluso temieron que de él partiera un zigzagueo que no sería beneficioso para el partido. Me consta porque fui testigo de ello, pero, en cualquiera de los casos, UPyD lleva meses en una deriva que carece de relevancia salvo para los que gustan de hablar de lo que pudo ser y no fue. En UPyD, Irene Lozano intentó una cosa y la contraria y, en un momento determinado, tras no conseguir controlar el partido, optó por marcharse. Puede o no causar admiración su conducta, pero no se puede negar cierta coherencia a eso de irse de un lugar si ves que tus expectativas no se cumplen. Incluso la salida tuvo un cierto punto honroso al señalar que dejaba la política y que iba a ponerse a trabajar. La expresión quizá no era muy atinada porque parecía dar a entender que estar en política no es precisamente trabajar, pero Irene Lozano dejaba de manifiesto su visión de las cosas y se marchaba hasta con una buena imagen. Ahora, Irene Lozano ha decidido entrar en el PSOE lo que ha provocado un verdadero vendaval de críticas en los pasillos por parte de los que serán sus nuevos compañeros de lista. Dado que Irene Lozano realizó comentarios acentuadamente agrios sobre el PSOE en su etapa de diputada de UPyD y dado que se cebó especialmente con algunos sectores del partido como el andaluz la reacción resulta más que comprensible. Sin embargo, Irene Lozano ha salido al paso de cualquier crítica con la afirmación de que coincide con los planteamientos del PSOE. Sinceramente, no creo que mienta. Irene Lozano ha estado ubicada desde hace años en esa visión gaseosa – aunque muy sólida cuando se refiere a cuestiones de liquidez – de la izquierda que llegó a su punto máximo en la época de ZP. Créanla. Dice la verdad.