En los últimos días, a pocas horas de la celebración de la constitución, se han multiplicado las reacciones en relación con el editorial conjunto de la prensa catalana para presionar al TC. Sin intención de agotar el tema, los hechos son los siguientes:
1. El 6 de diciembre, un manifiesto de 200 abogados ha defendido la independencia del Tribunal constitucional ante las presiones de los doce periódicos catalanes afirmando que el editorial publicado la semana pasada supone “una intolerable presión al TC en sus deliberaciones de la sentencia que debe resolver el recurso de inconstitucionalidad del Estatut del 2006”.
2. El manifiesto de los abogados manifiesta además el “profundo rechazo” que provoca que el colegio de abogados más importante de Cataluña, “y el segundo de España”, avale con su adhesión “el ataque contra la independencia de este órgano judicial”. En este sentido, los abogados no aceptan que el ICAB se preste a ser “otro mensajero de la amenaza a la justicia constitucional”.
3. De manera similar, este fin de semana, las asociaciones Círculo Balear, Asociación 11-M. Verdad y Justicia, Plataforma Ciudadana Peones Negros, Plataforma Valenciana por la Libertad Lingüística, Profesionales por la Ética, Asociación por la Tolerancia, Convivencia Cívica Catalana, Mesa por la Libertad Lingüística, Fundación Unidad + Diversidad, Fundación DENAES, Voces contra el Terrorismo y Asociación Víctimas del terrorismo Verde Esperanza han lanzado un manifiesto por “la dignidad de España” con motivo del Día de la Constitución.
4. El manifiesto apunta a “un largo periodo de deslealtades nacionalistas” que se manifiestan en el Estatuto catalán o el intento de “fomentar la desunión” del país.
5. También evocan las asociaciones “los ataques a la lengua española”, la quema de banderas o la quema de fotografías del Rey, que ponen de manifiesto “una voluntad firme y persistente de ofender a España y a los españoles” y recuerdan el intento de “intimidar al TC”.
6. En el marco de la reunión del Consejo pastoral diocesano de Barcelona celebrado este fin de semana, el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, manifestó que confiaba en que «queden reconocidos los derechos» del pueblo catalán, así como su «identidad nacional, manifestada en su realidad cultural e histórica».
7. El cardenal Sistach manifestó también la «preocupación e inquietud» que, supuestamente, siente el pueblo catalán por el Estatuto, al que definió como norma fundamental de la configuración de muchos aspectos caudales de la convivencia.
8. Sistach se mantenía así en la línea de los obispos de Cataluña que ya habían manifestado su “apoyo a todo lo que aporte crecimiento al país, apoyo a la lengua y la cultura propias de Catalunya, y mejora de los medios económicos disponibles para dar estabilidad y proyección de futuro a la sociedad catalana”.
9. Las declaraciones del cardenal Sistach se mantenían también en la línea de otorgar en su diócesis un peso extraordinario a destacados nacionalistas. Así, por citar algún ejemplo, el que fuera presidente del Parlamento catalán, el Sr Joan Rigol, fue nombrado presidente del Patronato del templo de la Sagrada Familia.
10. Igualmente, el Sr. Ignasi García Clavel, a quien Pujol confío la dirección de los Asuntos Religiosos de su gobierno, se convirtió en presidente del patronato de las escuelas parroquiales de la diócesis.
11. Igualmente, el Sr. Ignasi Torrent Portabella, que fuera director del Institut Català de la Salut y del Institut Català de Finances, se convirtió en el administrador del Seminario Conciliar e
12. Igualmente, el Sr. Agustí Gallart Teixidó, que había sido Director General de Servicios de Telecomunicación se convirtió en responsable de la Agencia cristiana de noticias “Flama”.
El editorial conjunto de los periódicos catalanes mostró, una vez más, cómo la prensa de Cataluña se doblegaba ante el poder político y donde ayer impulsó el “apagón informativo” se imponía ahora la “obediencia servil al poder”. Frente a esa actitud – que, fundamentalmente, persigue presionar al TC en favor de las oligarquías nacionalistas – se ha manifestado este fin de semana desde un colectivo de doscientos abogados catalanes a una docena de organizaciones cívicas.
En ese contexto de resistencia cívica al despotismo nacionalista, causa un profundísimo dolor y un hondo malestar la conducta del cardenal Sistach apoyando el Estatuto y sumándose, por enésima vez, a las tesis nacionalistas. Jamás se nos ocurriría desde estos micrófonos analizar la trayectoria estrictamente pastoral de Sistach ya que pensamos que debe respetarse la vida interna de todas las confesiones religiosas. Así,
- No vamos a juzgar el que el cardenal Sistach imponga las misas en catalán en una diócesis donde más del sesenta por ciento de los fieles son castellano-parlantes.
- No vamos a juzgar tampoco el que, gracias al cardenal Sistach y a su nacionalismo, la diócesis de Barcelona atraviese una crisis de asistencia y de vocaciones verdaderamente pavorosa.
- Y menos aún vamos a juzgar que el cardenal Sistach haya ido entregando puestos claves de la diócesis a personajes señalados del nacionalismo catalán. Nada de eso es asunto nuestro y no vamos a entrar en ello puesto que es competencia directa de la Conferencia episcopal y de la Santa Sede y son ellas las que tienen la obligación de actuar si lo estiman pertinente o mantenerse al margen como han hecho hasta ahora.
Sí nos parece lamentabilísimo que, sobrepasando sus obligaciones pastorales, un cardenal asuma, en un ejercicio claro e innegable de cesaropapismo, las posiciones del nacionalismo catalán, unas posiciones que hoy le llevan a aplaudir el Estatuto y que ayer le llevaron a felicitarse por echar de la COPE a las voces críticas frente al nacionalismo catalán. Quizá, el cardenal Sistach piensa que semejante conducta será beneficiosa para su diócesis, por ejemplo, mediante la recepción de las ayudas públicas necesarias para la restauración de la catedral de Barcelona. Sin embargo, al actuar así, más que al Buen Pastor ejecutado por el gobernador Pilato recuerda a Lafont de Savine, el obispo traidor y cesaropapista que apoyó la ilegal Constitución civil del clero para congraciarse con los revolucionarios franceses y que, de esa manera, sólo abrió las puertas al final del orden jurídico y de la monarquía y al inicio de la persecución religiosa.
He comenzado a publicar en mi columna de http://www.protestantedigital.com una serie sobre errores comunes relacionados con el protestantismo. Parece increíble la ignorancia rampante que existe en la sociedad española sobre el tema y la cantidad de bobadas históricas que se repiten a diestro y siniestro meramente por ignorancia. Podría decirse que es algo propio de las naciones latinas, pero no es verdad. En Francia, nadie se atrevería a decir sobre Calvino las estupideces que se pueden escuchar en España y en la misma Italia abunda mucho más el conocimiento histórico del protestantismo que aquí… y no se podrá decir que no tienen cerca el Vaticano.
Puestos a desmentir Mitos y falacias de la Historia de España, en esta serie me estoy refiriendo además a los referidos a la Reforma.
Por cierto, hablando de Mitos y falacias de la Historia de España, debo decir a los lectores que ya ha entrado en las listas de best-sellers. El libro está teniendo una magnífica aceptación aunque creo que será menor que la de la segunda parte de la Historia de España para inmigrantes, nuevos españoles y víctimas de la LOGSE que del esfuerzo conjunto de Federico Jiménez Losantos y mío acaba de aparecer en las librerías.