Cuenta la Historia que, a mediados del s. I, un cautivo estaba esperando la ejecución en las cárceles del emperador romano Nerón. Lejos de sentirse inquieto por el trágico destino que le aguardaba, el recluso comenzó a redactar una serie de cartas en griego dirigidas a amigos y colaboradores. Precisamente en la última de ellas, al recapitular su vida de las últimas décadas, el preso escribió: “Ton agona ton kalón egónismai, ton drómon tetéleka, ten pístin tetéreka”, lo que podría traducirse como “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.” Lejos de llevarse invadir por el pesimismo, el condenado a muerte manifestaba en sus palabras una inmensa alegría. Su vida no había resultado anodina ni inútil. No había perdido en ella el tiempo ni tampoco había desperdiciado los años. Por el contrario, se había entregado en cuerpo y alma a la fe que sostenía de todo corazón y ahora, en el umbral de la muerte, a pesar de los errores y de las carencias, podía realizar un balance positivo de su existencia e incluso esperar una recepción gloriosa en el más allá. Dios quiera concedernos a todos que, de la misma manera, al final de cada una de las etapas de nuestra y, por supuesto, en la conclusión definitiva, podamos decir con sincero corazón que el combate que libramos fue el bueno, que llegamos a las metas que deseábamos alcanzar y que no perdimos la fe en el intento. Por cierto, el preso de las cárceles neronianas se llamaba Pablo de Tarso.
Hoy es el último programa de Es la noche de César que realizaré en el curso de la presente temporada. Sin intención de agotar el tema, los hechos son los siguientes:1. El año pasado, al anunciar la cadena COPE la decisión de echar a su más brillante comunicador Federico Jiménez Losantos, rechacé la posibilidad de permanecer en ese medio por coherencia moral, por lealtad personal y por decencia humana.
2. Fue así como inicié junto a Federico Jiménez Losantos y Luis Herrero la aventura de Es. Radio, una radio independiente y veraz con voluntad de informar y entretener en la lucha por la libertad.
3. En el curso de este año, los resultados obtenidos por Es. Radio a pesar de su modestia de medios sólo pueden ser calificados como espectaculares. Mientras que Federico Jiménez Losantos conseguía que la parte televisada de su tertulia se convirtiera en la tertulia televisada más vista por los españoles por las mañanas, Es la noche de César, en TDT, superaba el millón de telespectadores.
4. En paralelo, los programas que habíamos dirigido hasta entonces en COPE se desplomaban. Así, la Linterna perdía más del 50% de su audiencia y La Mañana perdía más del 45% de su audiencia protagonizando el mayor desplome de la historia de la radio española.
5. Puestos al trabajo, a lo largo de esta temporada, desde estos micrófonos hemos defendido la cultura de la vida frente a los embates de la cultura de la muerte dispuesta a desproteger de sus derechos al nasciturus o a legalizar la eutanasia.
6. Desde estos micrófonos, hemos defendido a las víctimas del terrorismo exigiendo memoria, dignidad y justicia a un gobierno no sólo dispuesto a pactar con los terroristas sino empeñado a obstruir la acción de la justicia en el caso Faisán.
7. Desde estos micrófonos, hemos defendido el derecho de los padres a educar a sus hijos en la lengua oficial del Estado y en general a todos aquellos que sufren día a día el gobierno opresor de los nacionalistas porque creemos en una nación de ciudadanos libres e iguales.
8. Desde estos micrófonos, no hemos dejado de buscar la verdad sobre el 11-M a pesar de todos aquellos que han pretendido cerrar el camino a la justicia propalando una falaz versión oficial.
9. Desde estos micrófonos hemos defendido continuamente a la familia frente a los ataques continuados de la ideología del género y de los intereses del lobby gay que, últimamente, ha conseguido que llegue a sancionarse a medios de comunicación no complacientes.
10. Desde estos micrófonos, hemos defendido de forma incansable la unidad de España como nación de ciudadanos libres e iguales frente a la codicia desmedida de los nacionalistas y a la traición de las fuerzas que colaboran con ellos.
11. Desde estos micrófonos, hemos intentado se ha tratado de acercar la información y la cultura a los ciudadanos.
12. No ha sido una tarea solitaria. Tampoco puede atribuírseme a mi el mérito de su éxito. Corresponde también a mi subdirector Mariano Alonso y a los redactores Lucía Prieto, Lorenzo Ramírez, Silvia Riveiro, Francisco Martín, Luis Fernando Quintero, Natalia Acosta, Alba Garavito y Gema Lizcano; al productor Asier Rivera; a la labor en Internet de Gala Kalinnikova; a la realización de Isaac Vizcaíno, Pedro Pablo Lendínez y Lourdes Belén Millán; al contacto que con oyentes y telespectadores establece Miquel Roselló; al sonido de Diego Cardeña; a la iluminación de Pilar Fernández; a la edición de Óscar Sanz, María Jesús Navarro, Juan Manuel Bonaque e Iván Martínez; al grafismo de José Gallardo; al trabajo de documentación de Felipe Couselo; al trabajo en mezclas y cámaras de Guiomar Domenech; Raúl Delgado, Borja Suárez, Laura Fermosel, Sonia Barajas, Elena Elguezábal y Alejandro González; y a la labor en maquillaje y vestuario de Rita Ruiz, Marta Calatayud y Eva Sánchez. Sin ellos, nunca hubiéramos podido emitir un solo programa a lo largo de esta temporada.
13. También debo agradecer a los centenares de miles de oyentes y millones de espectadores su fidelidad cotidiana e inquebrantable y su afecto continuo y sugestivo manifestados también a través de Internet y de instrumentos como Facebook y
14. Finalmente, debo dar las gracias a Dios que nos ha dado generosamente Su amor, fuerza y alegría para llevar a cabo esta labor sin perder el ánimo ni el buen humor.
Hoy es el último programa de Es la noche de César por esta temporada en la que, modestamente y parodiando las palabras de Pablo de Tarso, hemos peleado la buena batalla, hemos acabado la carrera y hemos conservado la fe. A partir de mañana, se encargará Mariano Alonso de mantenerlos informados y entretenidos. Sin embargo, nuestra separación será breve. El 6 de septiembre a las 6, Federico Jiménez Losantos reanudará su nueva temporada y Luis Herrero por la tarde y un servidor de ustedes por la noche estaremos secundándolo. En mi – lo saben ustedes - seguirán teniendo un amigo. Disfruten de nuestro programa de esta noche y hasta nuestro reencuentro que Dios los bendiga.
… e ingratitud
Confieso que no doy crédito a las noticias y me voy de vacaciones alentando la esperanza de que no sean ciertas. La nueva dirección de COPE, tras enviar a Cristina López-Schlichting al Sur de la semana y lanzar a las zahúrdas a Rafa Sánchez, es decir, tras aniquilar a los directores de los dos únicos programas que no se desplomaron espectacularmente en la desastrosa temporada que ahora acaba, han decidido portarse con Abellán de la misma manera miserablemente ingrata. De todos es sabido, que el responsable de deportes de la COPE, a pesar de haber descendido algo en esta última temporada, había salvado la cara de una compañía que va a llevar a cabo un ERE durísimo consecuencia directa de una gestión empresarial, como mínimo, discutible. Pues bien Abellán se verá desplazado según anuncian los diversos medios por un desembarco impresionante de periodistas deportivos de la Cadena SER incluido aquel que el 13-M utilizó los micrófonos de la cadena de PRISA para convocar a los oyentes a cercar las sedes del PP.
Si los datos ofrecidos por El Mundo son ciertos – y no veo razones para dudarlo – una COPE en quiebra técnica, tras endeudarse con el fichaje de Buruaga, se gastaría ahora casi diez millones de euros en traerse a una parte del equipo deportivo de la SER.
Trabajé los suficientes años en COPE para saber que no era posible contratar a una secretaria externa o incluso pedir un trabajador concreto para la redacción sin que semejante solicitud fuera bloqueada e impedida totalmente por un comité de empresa empeñado en ser el que monopolizara los ascensos y la asignación de puestos. Ignoro si ahora el comité de empresa se ha vendido a la nueva dirección para aceptar el desembarco, si están de vacaciones y esto se realiza a sus espaldas o si están dispuestos a todo, absolutamente todo, con tal de que el ERE no les afecte a ellos aunque hunda la vida de centenares de sus compañeros y de sus familias. Pero el desembarco de un equipo nuevo con técnicos incluidos no se había producido jamás en la Cadena de la Conferencia episcopal. Subrayo lo de la Conferencia episcopal porque mira que daban algunos la lata con la cuestión del ideario – ideario que, al parecer, tolera malgestionar una empresa poniendo en la cuerda floja el trabajo de centenares de personas y el mantenimiento de sus familias – y ese ideario ni está impidiendo un paso como éste, ni está defendiendo a los trabajadores anónimos, ni está pasando factura a los responsables ni ha servido de valladar para que el día de mañana si hay otro asalto a las sedes del PP se aliente no sólo desde la SER sino también desde los micrófonos deportivos de la COPE. Sinceramente conmovedor.
¿En qué acabará todo? No soy profeta ni hijo de profeta que decía Amós, pero, de entrada, a los periodistas procedentes de la SER les han salvado la temporada y dentro de un año podrán regresar a su casa renegociando el contrato al alza. ¿Sufrirá mucho la SER su salida? Depende. Si Manolo Lama se va de la SER a COPE quizá sufra algo, pero si se queda, ni por aproximación. ¿Y la COPE? Confieso con dolor que su nueva dirección ha adoptado una decisión que significa colocarle en la sien el cañón de un revolver que en lugar de llevar una sola bala contiene cinco. De esa ruleta rusa a lo mejor se salva, pero el cálculo de probabilidades va en su contra.
Y lo peor no es eso. Lo más inhumano, doloroso e injusto no es que un grupo tras otro de gestores esté dejando de manifiesto que Dios si los llamó a algo fue a una tarea muy distinta. Lo peor es la inmensa ingratitud que demuestra, como si formara parte de su misma naturaleza, la cadena COPE. Ingratitud inmensa hacia Federico Jiménez Losantos que generó unas reservas que ahora gastan en contratar a gente de la SER y que reunió una audiencia que perdieron en semanas. Ingratitud inmensa hacia Cristina López-Schlichting arrojada a las tinieblas externas de un fin de semana ignoto a pesar de haberse partido el pecho como católica más que confesa durante años. Ingratitud inmensa hacia María José Bosch a la que, gracias a Dios, le ha ido de fábula en Radio Intercontinental este año. Ingratitud inmensa hacia Rafa Sánchez que dirigía uno de los mejores programas de fin de semana de la radio española. Ingratitud inmensa hacia Abellán que mantuvo el listón deportivo de la COPE tras la salida de García. Ingratitud inmensa hacia los trabajadores de la casa - ¿dónde, Señor, dónde está el comité de empresa? – lanzados al paro en número mayor porque llegan los de fuera y hay que satisfacerlos. Quizá es que hay que venir de la competencia más afilada y pedir lo imposible para que los directivos de COPE practiquen una genuflexión y lo concedan. No lo sé. Lo que sí sé es que hay un refrán que dice que ser agradecidos es de… ahora no recuerdo como termina, pero no me da la impresión de que encaje con los que toman las decisiones de COPE.