El respaldo del PSOE a Morales no se limitaba a ZP ya que también señaló que en diciembre lo había llamado Felipe González “alentándonos”. Igualmente, quedó de manifiesto que ahora que Morales había llegado al poder, recibiría más dinero público de España. Que Evo Morales se identificara con las dictaduras de Cuba y Venezuela no iba a ser obstáculo. De manera bien llamativa, el PP no movió un dedo frente a esas acciones del gobierno de ZP aunque existían indicios poderosos de una clara injerencia en las elecciones de una tercera nación e incluso de malversación de caudales públicos. El tiempo fue pasando y el panorama se ha ido aclarando. Morales ha quedado expuesto como un dictador repugnante creador de un narco-régimen. Desprovisto del respaldo de las fuerzas armadas y policiales que se negaron a reprimir al pueblo tras el enésimo fraude electoral de Morales, el déspota boliviano no tuvo otro remedio que huir. Naturalmente, el gobierno boliviano ha comenzado a investigar a quién pagaba Morales y entre los nombres aparecen, de momento, una entidad vinculada a algunos dirigentes relevantes de Podemos, el juez Garzón y ZP. No deja de ser significativo que el único que ha dicho, de manera bastante nerviosa, dicho sea de paso, que no piensa testificar ante la justicia boliviana haya sido ZP. Entre los motivos para no dar cuenta del dinero, presuntamente, percibido del tiranuelo boliviano, ZP ha alegado que “Les vi hacer un acto rezando los ritos evangélicos”, razón, por lo visto, suficiente para no comparecer ante un juez. La realidad es que ZP debe comparecer ante la justicia boliviana para esclarecer la verdad de lo sucedido. ¿Fue financiado con dinero procedente del narcotráfico de Morales? ¿Ha cobrado de la dictadura boliviana en agradecimiento a la ayuda que le proporcionó cuando fue presidente del gobierno? Eso y más tiene que quedar aclarado no por ZP sino por el prestigio de España. No puede suceder como en 2005.