ZP aparece en la grabación como alguien desequilibrado, que se ha escapado del frenopático, que se ha tomado la pastilla equivocada, pero, para ser unánimes, es muy posible que ese efecto óptico derive del mal ángulo y de la peor iluminación de las imágenes. Peor es cuando habla porque aquí no parece, en absoluto, que sus pintas de alienado proceda de las condiciones de la transmisión. ZP insta en la grabación a que “la izquierda latinoamericana y Latinoamérica haga un diálogo con China para recuperar un orden multilateral”. La propuesta no está nada mal. Hispanoamérica debería estrechar lazos con China no por razones económicas o sociales sino para ir hacia un denominado “orden multilateral”. Por si alguien tiene dudas sobre lo que esto significa ZP añade a continuación: “Instituciones como Naciones Unidas, como la OMS, como el FMI, con más poder, con más potencia, con más gobernanza real, tenemos que hacer que China y ojalá la UE, muchos trabajamos en esa dirección, pongan a Estados Unidos en una situación imposible, imposible". Por si alguien no acierta a saber lo que significa poner a Estados Unidos en “una situación imposible”, ZP añade: “En algún momento el America first y el Brexit tendrán que darse la vuelta". Finalmente, ZP concluye su intervención defendiendo directamente a las dictaduras de Cuba y Venezuela. Ahí es nada el programa internacional de ZP: China, la UE e Hispanoamérica tienen que unirse para que Estados Unidos se vea reducido a una situación imposible. No existe un gramo de sensatez, de sentido común, de búsqueda del bien común en la cosmovisión de ZP. Son simplemente los rebuznos del niño pijo que nunca fue un guerrillero, al que llevaba la tata al colegio y cuyos familiares medraron dentro del aparato del estado franquista. Esa realidad pequeñoburguesa debió dejar a ZP traumas suficientes como para despepitarse por pactar con una organización terrorista como ETA y como para buscar ahora bloquear nada menos que a Estados Unidos. ZP está loco y además es un loco peligroso.