Supo también mantenerse firme en pulsos como la crisis de los misiles o el bloqueo de Berlín, pero se negó rotundamente a dejarse arrastrar a una invasión de Cuba como deseaban los jefes del alto estado mayor. Le mintieron prometiéndole una sublevación popular tras el desembarco en Bahía Cochinos y señalándole que la única salida era un desembarco de los marines. JFK - que no deseaba una repetición de lo sucedido antes en Guatemala – no permitió que le torcieran el brazo y además se prometió realizar ajustes drásticos en la CIA convencido de que lo habían manipulado desvergonzadamente. Posiblemente a partir de entonces su vida comenzó a estar en peligro. En sus últimos meses, no sólo dio órdenes para salir de Vietnam y acabar con la emisión de moneda por la Reserva federal sino que labró una estrecha amistad con Nikita Jrushov convencido de que era un interlocutor válido para evitar una guerra nuclear.
Su vida fue truncada por una conspiración desde dentro – nadie puede creer en el tirador loco – y tras su asesinato vendrían el de su hermano Bob y el de Martin Luther King. En el futuro, seguirá siendo objeto de críticas aceradas – no faltan los puntos negros en su biografía – y de cerrada admiración, pero ya forma parte de la Historia. Disfruten este acercamiento en Corría el año… God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!