De manera bien comprensible, tras referirse a lo verdaderamente importante, Lucas sitúa una sección dedicada a la oración. Precisamente, en cierta ocasión, cuando Jesús terminó de orar, uno de los discípulos le pidió que les enseñara a orar (11: 1). La simple referencia indica que el grupo de Jesús no estaba vinculado con oraciones hechas ni con fórmulas específicas como, por ejemplo, las que las de los fariseos que acabaron cristalizando en los sidur o libros de oraciones judíos o las que luego han tenido determinados grupos que se han presentado como cristianos. No estaba, pero no sorprende que, con esa tradición de fondo, uno de los discípulos de Jesús pidiera que les enseñara a orar. Para muchos, efectivamente, Jesús habría entregado una fórmula para orar, pero la realidad del texto es que lleva a pensar más bien todo lo contrario. De hecho, el que en Mateo (6: 9 ss) y en Lucas aparezcan dos oraciones con alguna diferencia deja de manifiesto que apenas unos años después del final del ministerio de Jesús no existía una fórmula uniforme – los que han decidido usar la respuesta de Jesús como tal decidieron optar por la de Mateo – pero sí un claro recuerdo de aquellos énfasis, de aquellos aspectos, de aquellos puntos esenciales que Jesús indicó que debían incluir nuestras oraciones. En otras palabras, Jesús no diseñó una oración concreta para ser repetida una y otra vez como hacen los paganos (Mateo 6: 7) sino que dejó de manifiesto lo que debería constituir el armazón de nuestras oraciones.
Aquel muchacho escocés de veinte años sufrió una desgracia de notable envergadura cuando se hallaba en plena juventud. Se quedó completamente ciego. Se llamaba George Matheson y aspiraba a ser pastor lo que no parecía una meta posible tras su tragedia. Sin embargo, George no se desmoralizó. Por el contrario, confió en el Señor y decidió seguir adelante entregándose con mayor entusiasmo al estudio de la teología y de la Historia. Por increíble que parezca no sólo consiguió concluir sus estudios sino que además recibió un doctorado de la universidad de Edimburgo y llegó a ser miembro de la Sociedad real de esta misma ciudad.
Hoy César Vidal entrevistará a Alfredo Lara, editor de la Colección del Oeste de la editorial Valdemar.
Las noticias económicas del día con César Vidal y Lorenzo Ramírez.
Las noticias del día con César Vidal y María Jesús Alfaya.
El editorial de César Vidal.
Programa completo de La Voz de César Vidal publicado el viernes 6 de noviembre de 2020.
El hecho de que en el año 622, Mahoma abandonara la Meca para establecerse en Yatrib tuvo efectos colosales no sólo en la vida de Mahoma sino en las nuevas revelaciones que anunciaría. Hasta ese momento, Mahoma había sido un predicador pacífico que anunciaba el Juicio final de Dios, un Juicio que iría seguido de recompensas para aquellos que hubieran aceptado la exhortación a arrepentirse y a cambiar su vida en cuestiones tan sencillas como la práctica de la oración y de la limosna y que implicaría el pronunciamiento de una terrible sentencia de condenación para los incrédulos. Durante años, Mahoma no había logrado reunir más allá de unas pocas decenas de seguidores, a los que había exhortado a mantenerse fieles en medio de la dificultad, sin responder a los insultos y golpes que recibían ya que, como había sucedido en el pasado, padecían la suerte de los hombres enviados por el dios único, a saber, el rechazo, la cerrazón y la intolerancia.
Con Sagrario Fernández-Prieto.
Las noticias económicas del día con César Vidal y Lorenzo Ramírez.