Aunque la decisión contra los minim tomada en Jamnia no significó el final del judeo-cristianismo, ya hemos visto cómo su existencia posterior nunca volvería a disfrutar del vigor de los primeros años. ¿Qué implicaciones tuvo la pérdida de importancia y posterior desaparición del judeo-cristianismo?
En las semanas anteriores, hemos podido ver una y otra vez cómo pasajes que se utilizan con inquietante frecuencia para hacer crucigramas escatológicos o, si lo prefieren, escatología-ficción en realidad, se refieren a profecías que estaban en el futuro de Daniel, pero que se encuentran en nuestro pasado.
La semana pasada tuve la inmensa satisfacción de ser entrevistado en el programa de Camilo en CNN. Fue salir del mismo y recibir llamadas de Argentina y Perú, de Honduras y Colombia, por supuesto también de los Estados Unidos.
Hace unos días, alguien manifestó su extrañeza ante mi afirmación de que España se había quedado sin el Plan Marshall a causa de la iglesia católica y, más concretamente, de los obispos. El tema es más que conocido y está muy documentado, pero, como tantas otras cuestiones, es ignorado por la mayoría de los españoles sometidos a un adoctrinamiento de siglos. A continuación vienen los datos.
El programa Corría el año… se inició con seis emisiones dedicadas a la Historia de la Unión soviética. No deseo ocultar que fueron, en términos generales, excelentes. Sin embargo, la incompetencia de uno de los empleados de Libertad digital tuvo como consecuencia directa que buena parte de los programas de Corría el año… ser perdieran.
Hace algo más de tres mil años un audaz rey, pastor trocado en militar, tomó un monte enclavado en el centro de su país. La conquista de la elevación, conocida como Sión, era una muestra más de la agudeza que caracterizaba al joven monarca.
De todo lo que hemos visto en las semanas anteriores se deriva una visión del judeo-cristianismo como un movimiento que tuvo una influencia decisiva en la configuración posterior del cristianismo, aunque no puede negarse que éste no siempre se mantuvo ligado a la interpretación judeo-cristiana primitiva.
Era un cantante de un grupo góspel y disfrutaba alabando a Dios. Sin embargo, de la manera más inesperada, en su garganta encontraron unas manchas que advertían que su existencia pendía de un hilo. Incluso si salvaban su vida, no podría cantar y tampoco quedaba nada claro que fuera capaz de hablar.
Como hemos tenido ocasión de ver en estudios previos, Daniel, lejos de ser motivo para perderse en la especulación, es un ejemplo claro de la existencia de profecías ya cumplidas que nos enseñan profundas verdades espirituales. Semejante circunstancia se repite en el texto relativo a los reyes del norte y del sur que no son otros que los monarcas de las dinastías seleucida y lágida respectivamente.