Vivir en el exilio tiene peculiares consecuencias y una de ellas es que la memoria, como si fuera una marea imposible de controlar, nos arrastra hasta las playas del presente los recuerdos más inesperados.
Es tarde avanzada – ya noche – en el sur de Estados Unidos y madrugada en España. Yo, tras más de veinticuatro horas de viaje, acabo de llegar a casa.
Después de Worms, los intentos realizados para volver a remendar, siquiera en parte, la unidad eclesial resultaron, desde luego, fallidos. Quizá el último se agostó en diciembre de 1549 a los tres años de la muerte de Lutero.
Si la Biblia se hubiera limitado a tener en su canon los dos libros de Samuel y los dos de Reyes contaríamos con una información más que suficiente – e imparcial – sobre la monarquía de Israel, monarquía que, como recordarán los lectores, sólo se mantuvo unida durante los reinados de David y Salomón y del desdichado Saúl, predecesor de ambos.
Ayer fue el año nuevo chino y hoy, además de estar todo cerrado, la contaminación en Beijing ha subido hasta tal grado que las autoridades recomiendan utilizar mascarilla en el caso de que uno decida salir a la calle.
Si Cervantes fue la plenitud humana del Siglo de Oro, no cabe la menor duda de que en su cima artística se encuentra Lope de Vega. Nacido y muerto en Madrid, Félix Lope de Vega y Carpio fue denominado verdadero monstruo de la naturaleza y, en verdad, que lo fue.