El editorial de César Vidal.
Programa completo de La Voz de César Vidal publicado el viernes 10 de julio de 2020.
El escarmiento público de los judíos - verdadera advertencia para todos los disidentes – estuvo relacionado con el deseo de cubrir unos gastos relacionados con el pago de sangre de dos amiríes asesinados por Amr b. Umayya. Mahoma decidió que todos los habitantes de Yatrib debían contribuir a compensar lo pagado y con tal finalidad se dirigió, en compañía de algunos de sus seguidores, a una reunión de los jefes de los Banu-l-Nadir, una tribu de árabes que habían abrazado el judaísmo. Los judíos escucharon las pretensiones de Mahoma y, acto seguido, le pidieron que los dejara solos para proceder a deliberar. Los reunidos se dividieron de manera inmediata en dos bandos. Los encabezados por Huyyay b. al-Ajtab eran partidarios de dar muerte a Mahoma para concluir con el problema – la misma solución que llevaba preconizando Abu Sufyan desde hacía tiempo – mientras que los dirigidos por Sallam b. Miskam eran opuestos a esa solución tan radical. Se impusieron los primeros, pero, cuando fueron a ejecutar sus propósitos, no encontraron a Mahoma. La tradición islámica afirmaría que Al.lah le había advertido del peligro que corría. Lo cierto es que Mahoma había regresado a Yatrib y que dio orden a Muhammad b. Maslama al-Awsí de presentar un ultimátum a los Banu Nadir. Tenían que abandonar, so pena de muerte, sus territorios en el plazo de diez días, aunque podrían conservar sus bienes muebles y regresar anualmente a recoger la cosecha de sus palmerales. Se trataba de unas condiciones muy duras, pero los judíos – y esto muestra hasta qué punto constituían un peligro real de carácter muy limitado - las aceptaron sin plantear ninguna objeción aceptando el expolio de sus bienes a cambio de conservar la vida.
Con Sagrario Fernández-Prieto.
Las noticias económicas del día con César Vidal y Lorenzo Ramírez.
Las noticias del día con César Vidal y María Jesús Alfaya.
El editorial de César Vidal.
Programa completo de La Voz de César Vidal publicado el jueves 9 de julio de 2020.
No puede sorprender que la llegada de Carlos I a España resultara muy conflictiva. Los españoles se percataron enseguida de que Carlos veía a España meramente como un arcón del que sacar dinero para su política y además contemplaron con desagrado que nombrara sólo a flamencos para los puestos principales. Esa política de Carlos provocó la rebelión de las Comunidades en Castilla (1520-1) y la de las Germanías en Valencia (1521-3). Los Comuneros no intentaban derrocar a Carlos I. Se quejaban, eso sí, del poco amor y del poco cuidado que Carlos tenía para con sus reinos y, en especial, del despojo de Castilla. El 23 de abril de 1521, los Comuneros sufrieron la derrota de Villalar. Los cabecillas de la revuelta – Padilla, Bravo y Maldonado – fueron decapitados. En adelante, la política de Carlos no tuvo frenos y estaría cada vez más determinada por su papel de emperador católico de Alemania.
Por Pilar Muñoz.