Creo recordar que aprendí esta canción en un campamento para jóvenes un par de años después de mi conversión.
Se acerca la fecha del ilegal referéndum independentista impulsado por los nacionalistas catalanes y se multiplican las encuestas. Al parecer, la bochornosa charlotada la podrían ganar los secesionistas por la sencilla razón de que los partidarios de la democracia y de la legalidad en su mayoría no acudirían a votar.
En los relatos de la trágica crisis venezolana que empeora casi a diario y que llena nuestros medios echo a faltar la mención de dos aspectos que resultan esenciales para analizarla cabalmente.
El islam español demostró desde sus inicios una exasperante incapacidad para crear un sistema político estable. El califato creado por Abd-ar-Rahmán III resultó brillante, pero no pasó de ser una estrella que declinó de forma acelerada tras la muerte de Almanzor. Luego vino la fitna, la división entre reinos de taifas que tuvieron que recurrir a los fanáticos integristas del norte de África simplemente para retrasar la Reconquista.
Me llega la noticia de que en una localidad del sur de esta gran nación han decidido suprimir la proyección del clásico cinematográfico Gone with the Wind, es decir, la película que, al menos en España, se estrenó bajo el título de Lo que el viento se llevó.
Señalaba Bertrand Russell que nunca escribía sobre filósofos que no hubiera leído. Permítanme que recuerde algunas historias de las que he sido testigo.
El segundo viaje misionero (XV): las cartas a los Corintios (II): La primera carta a los Corintios (I)
La salida de Iraguato ha sido realmente emotiva. Me voy con pena. Han sido unos días tan gratos, unas conversaciones tan extraordinarias, unos proyectos tan conmovedores que sólo puedo dar gracias a Dios, primero, y luego a esta gente estupenda.
Me recoge en el aeropuerto – ya he perdido la cuenta de los vuelos internos que llevo por los cielos de México – Elimelec Villicaña.