Acabo de leer con estupor que Jordi Pujol ha dado en reflexionar sobre su carrera para concluir que la Historia le dará un aprobado alto.
La figura de Saddam Hussein es uno de esos ejemplos de la actitud cambiante que algunas potencias mantienen hacia dictadores repugnantes.
Con todos los matices y reservas que se deban aceptar, las políticas domésticas propugnadas por Hillary Clinton y Donald Trump no se distancian gravemente de lo defendido por los partidos que los han nominado.
La ciudad de Nüremberg, tan cargada de Historia, quedará relacionada para siempre con la Historia del nacional-socialismo alemán y con Hitler. A decir verdad, hubiera sido más justo que la relación quedara establecida con Munich y la católica Baviera que fue donde los nazis trinfaron desde el principio pudiendo extenderse desde allí.
LOS PRIMEROS CRISTIANOS: LAS FUENTES ARQUEOLÓGICAS (III): Fuentes epigráfico-documentales (I): la laminilla del óleo de la fe