La película, dirigida por David Ilundain, reproduce de manera literal el interrogatorio al que el juez Ruz sometió a Bárcenas en la causa por la financiación ilegal del PP. Pedro Casablanc, un actor extraordinario, encarna a Bárcenas, un encargado de las cuentas del PP que chapoteó sistemáticamente en la ilegalidad para poder financiar a su partido. Lo que aparece en esta breve y sustanciosa película es realmente impresionante. Los constructores, los empresarios, el ventrílocuo que daban dinero bajo la mesa al PP y que esperaban – con razón – que luego se les abriera camino para hacer negocios con las instituciones, negocios que se pagaban con el dinero del contribuyente. Bárcenas insistió en que no se trataba de un quid pro quo, pero reconoció que quien daba dinero al PP podía llamar luego para que lo recibieran ministros, concejales o quien se terciara. Incluso Bárcenas comentó cómo el PP había ayudado a Libertad digital a recibir un dinero que permitió su ampliación de capital. No menos interesante fue la revelación de cómo una parte del dinero de la financiación ilegal iba a parar directamente a los bolsillos de la cúpula del PP comenzando por el mismo Mariano Rajoy. En otras palabras, el dinero ilegal que, en otras naciones, se emplea en campañas y otros gastos del partido, en el caso del PP – y no sólo del PP – se desvía, ya de entrada, a los bolsillos de los políticos corruptos. Al cabo de los años, es sabido que Rajoy no está en la cárcel ni tampoco los jerifaltes que se llevaban semanalmente los sobres rebosantes de dinero. Por el contrario, una buena parte de ellos han ido ocupando retiros de oro públicos y privados aunque, eso sí, Bárcenas y su mujer irán a la cárcel. B está centrado en la corrupción del PP de Rajoy, pero debe decirse que esa corrupción no ha sido menor en el caso del PSOE, de los nacionalistas catalanes y, por supuesto, de Podemos. El sistema es así y sin ser así se desplomaría. Vean esta película – insisto: transcripción literal de una actuación judicial – porque merece la pena.