Cuesta imaginar ahora que un clásico de la novela pudiera tener semejante repercusión en todas las edades y clases en aquella España de Franco. La realidad, sin embargo, es que la televisión tenía mucha más carga cultural que ahora y además conseguía inyectar ese contenido a la gente más humilde. Y es que los clásicos, sean de la nación que sean, acaban calando en las personas precisamente por su altura. El conde de Montecristo lo consiguió y, durante semanas, tuvo a millones de españoles pendientes de la suerte de Edmundo Dantés, falsamente denunciado por envidiosos y condenado a pasar hasta el final de su vida en el castillo de If. Sin embargo, Dantés conseguía evadirse y regresaba a Francia para… bueno, eso no lo voy a contar porque estropearía el relato. Sí puedo decir que José Martín se convirtió en el conde de Montecristo por definición. A más de cuarenta años de distancia fui testigo de cómo la gente no se refería a él con su nombre. Por el contrario, en los lugares donde aparecía se murmuraba: ¡El conde de Montecristo! No sé si esta circunstancia favoreció a Martín. A decir verdad, tengo mis dudas. Sí puedo decir que su interpretación nos arrastró a muchos a leer la novela algunos años después. Se trata de una obra larga – siempre pensé que Dumas cobraba por folio y alargó el relato conscientemente – pero impresionante en la medida en que reúne temas como la venganza, la justicia, el amor, la envidia, la lealtad o la memoria. Dumas publicó una continuación titulada La mano del muerto, pero tengo la sensación de que casi nadie la ha leído considerando que El conde… cerraba la historia más que cumplidamente.
He decidido incluirles el video del primer episodio de la serie. La música inicial – impresionante, yo la canturreaba a todas horas por su tono épico y – si no me falla la memoria – pertenecía a una película basada en el Mathias Sandorf de Julio Verne, donde, por cierto, aparecía Francisco Rabal. Creo que era así aunque – insisto en ello – no sé si mi memoria es exacta. Merece la pena leer la novela o revisar la serie. Eran realizaciones con escasos medios, pero con grandes interpretaciones y relatos extraordinarios. Nada parecido a lo que un niño de 11 años pudiera leer o ver en televisión ahora…
Que lo disfruten. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Y éste es el primer capítulo de la serie