Como mañana cumplo años, me he permitido hoy la licencia de recomendar un libro de memorias que escribí hace años y que ahora está descatalogado y sólo se encuentra en librerías de segunda mano. Es curiosa la manera en que vemos los hechos a distancia. Cuando Roberto Centeno presentó el libro en Madrid – fue el único que tuvo valor para hacerlo – me acusó de “ser más tierno que el día de la madre” al tratar a determinados personajes. Pensé yo entonces que había sido benévolo, pero que Centeno no tenía del todo razón. Con la distancia ocasionada por el paso de los años y, especialmente, tras leer La gran traición de Enrique de Diego debo confesar que incluso Centeno fue benévolo. Sin embargo, y a pesar de esa circunstancia, debo decir que me siento enormemente libre del pasado. Es como si sobrevolara las seis décadas de mi vida y sólo pudiera experimentar sentimientos positivos. A lo largo de los años, ha habido momentos difíciles, peligros literalmente mortales, pérdidas – humanas y económicas - extraordinarias, golpes severos, pero considero que en todo he terminado saliendo ganador porque mi meta principal - que es, como enseñó Jesús, buscar el Reino de Dios y su justicia (Mateo 6, 33) - se ha mantenido inconmovible. Es lo que primero he buscado desde hace más de cuarenta años cuando me convertí y en mis años de exilio se ha acentuado todavía más, casi día a día. Creo que en mis memorias, publicadas hace casi seis años, todo eso ya quedaba de manifiesto.
Hoy quiero dejarles un par de videos. Son los de la presentación del libro. En ellos, aparecen gentes a las que quiero mucho y que, en algunos casos, han formado después parte del equipo extraordinario de La Voz. Hacia estas personas sólo abrigo buenos sentimientos añadidos a la gratitud. Son de lo mejor que me he encontrado en mi vida. Espero que disfruten de estos videos. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Aquí está don Roberto Centeno
Y aquí un servidor de ustedes