El primer aspecto fue la referencia a Kipling que llevó a cabo Sagrario Fernández Prieto en su biblioteca. Me referí yo entonces al poema If que tenía colgado a la puerta de mi vivienda en Madrid y que perdí, como tantas cosas, al exiliarme hace tres años. He considerado relevante recuperar el recitado de ese poema, en la versión española de Jacinto Miquelarena, que bordaba como nadie la incomparable Nati Mistral.
El segundo aspecto fue el doctor Korczak al que me referí en el editorial dedicado a la infancia. Korczak es uno de los protagonistas principales de mi novela La escalera de Jacob que se publicó hace un par de meses.
Cualquiera que haya seguido mi trayectoria sabe que el Holocausto ha ocupado mi labor durante más de veinte años. Comencé en 1994 con La revisión del Holocausto donde demostraba hasta qué punto existía una agenda política muy concreta tras las obras de aquellos que negaban el Holocausto. La obra provocó las iras de los nazis que me incluyeron en sus listas de objetivos, realizaron pintadas en el portal de mi casa y en lugares donde daba conferencias e incluso atacaron librerías que exponían el libro en el escaparate como fue el caso de la Librería Certeza en Zaragoza. En 1995, Alianza publicó El Holocausto, la primera obra completa y global sobre esa inmensa tragedia escrita en español. Luego vinieron otras, pero aquella fue la primera. Los nazis comenzaron a irrumpir en las librerías para destruir el libro, una acción que fue relatada en los medios de la época como El País – o tempora, o mores…
Ese libro se sigue reeditando aunque la administración socialista hizo todo lo posible para evitar mi presencia en los foros internacionales donde se trataba el tema. Por ejemplo, me vetó una y otra vez en conferencias y encuentros que tuvieron lugar en el Yad Vashem de Jerusalén. La razón que daba es que era “controvertido”. En realidad, en esa época, yo me oponía a los disparates de ZP con la perseverancia que consideraba indispensable y que, según me dice, aquel desastroso presidente del gobierno sigue sin perdonarme. Pero seamos justos: en la época del PP de Rajoy no me han tratado mejor. Por el contrario, en algunos aspectos, ha sido incluso peor.
En 1996, salió a la calle Los incubadores de la serpiente, una obra en la que analizaba los antecedentes ideológicos del Holocausto. La obra tuvo poca andadura porque en Anaya decidieron prescindir de Mario Muchnik y cerrar su editorial. Fue una lástima porque era el mejor editor de la casa y los que en aquel entonces dirigían la casa me provocaban ganas de llorar.
Aparte de artículos, trabajos, conferencias y demás, el tema del Holocausto siguió apareciendo en otras obras mías como El judío errante, pero procurando abordar temas orillados en su exposición. Ese es uno de los motores que hay detrás de La escalera de Jacob. La novela es ciertamente polifónica y no se centra sólo en Jacob ni tampoco en la experiencia del ghetto de Varsovia antes de su alzamiento. He pretendido abordar temas tabú como el uso de las imágenes de judíos por los nazis como instrumento de propaganda, la labor de los Judenrat o consejos judíos que colaboraron con los nazis en la tarea del exterminio, la existencia de cristianos de origen judío en el inmenso drama o el ejemplo moral de aquellos que prefirieron ser exterminados con los suyos a escapar. De todo ello y de más cosas hablo en mi última novela La escalera de Jacob.
Espero que la disfruten y, como anticipo, les incluyo la crítica que realizó Sagrario Fernández Prieto sobre la novela. También aparecen los enlaces de amazon para adquirirlo. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
http://www.cesarvidal.com/index.php/Podcast/escuchar-podcast/la_biblioteca_19_05_16
www.amazon.es/Escalera-Jacob-Novela-histórica/dp/8416392919/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1464010217&sr=8-1&keywords=la+escalera+de+jacob+cesar+vidal
Y aquí va Nati Mistral recitando a Kipling
www.youtube.com/watch?v=FfKSh6lXFB0