Aparte del análisis continuo y riguroso de las fuentes – que es lo que caracteriza a la labor historiográfica seria – mantuve numerosas conversaciones con gente que de manera reciente o incluso en la actualidad han participado en la Historia de Centroamérica y me desplacé por su territorio.
Durante meses, mantuve conversaciones con diplomáticos, políticos, antiguos guerrilleros, militares, clérigos, abogados, miembros del legislativo… fue un largo etcétera que me permitió reconstruir la peripecia más reciente de Centroamérica y contemplar su presente. Incluso me aportó datos de valor inestimable en relación con la actual política de Estados Unidos hacia Cuba, con la manera en que funcionan el congreso y el senado de manera cotidiana y con la articulación de la política exterior norteamericana. No todo ha quedado reflejado en este libro pero sí me ha proporcionado un océano de datos de clara utilidad para otras actividads.
El resultado final de mis meses de investigación ha sido El águila y el quetzal: Centroamérica de la Conquista al Plan de prosperidad del Triángulo norte. En sus páginas, se puede encontrar, primero, la creación de toda una cosmovisión hispano-católica que ha determinado su Historia hasta el día de hoy y que ha estado apartada de conceptos como la primacía de la ley, la cultura bíblica del trabajo, la división de poderes o la visión de la educación universal como un valor fundamental. En segundo lugar, describo cómo la emancipación de España no sólo no corrigió ese estado de cosas sino que lo mantuvo malogrando incluso el influjo de ideologías como el liberalismo. Al fin y a la postre, la cosmovisión original permaneció como un poderoso ADN y las reformas nunca alcanzaron su meta desembocando de una u otra manera en gobiernos dictatoriales que intentaban poner orden. En tercer lugar, me detengo en la manera en que Centroamérica se convirtió - de manera que podría haber sido evitada - en el último teatro de operaciones de la Guerra fría. Las últimas batallas de la política de bloques no se libraron en Berlín o Varsovia sino en los campos de Guatemala, El Salvador y Nicaragua. Quiénes eran los malos no resultaba difícil de ver salvo para los ciegos – aunque a alguna mala hasta le otorgaron por sus mentiras un premio nobel – pero determinar quiénes eran los buenos resultó una tarea más difícil. En realidad, el águila norteamericana ha pesado enormemente en el desarrollo histórico de ese ave, el quetzal, que simboliza para mi la belleza y, a la vez, la fragilidad de la zona.
A día de hoy, Centroamérica sigue sumida en problemas que no se remiten a las últimas décadas sino a los últimos siglos. En ellos me detengo al final del libro apuntando a las situaciones aún irresueltas de Centroamérica, pero señalando el camino para solventarlas cuanto antes y de la mejor manera.
El mes que viene, Dios mediante, estaré en una de las naciones de Centroamérica para dar conferencias relacionadas con mi libro. Ustedes no tendrán que esperar tanto para conocer el contenido de El águila y el quetzal. Era obvio que ninguna editorial española publicaría el libro y desde el principio busqué un editor que asumiera el desafío. Gracias a Dios y a algún buen amigo di con él. No encontrarán el libro en un establecimiento español, pero sí en Amazon y a un precio muy moderado tanto en la versión en papel como en la electrónica. Abajo les dejo con los enlaces. Espero que disfruten de esas páginas fruto de los viajes, del análisis de las fuentes, de la investigación y de las entrevistas. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Aquí tienen el enlace en el Amazon español
Aquí tienen el enlace del Amazon estadounidense