177/178. ¡Creyentes! Se os ha prescrito la ley del talión en casos de homicidio: libre por libre, esclavo por esclavo, hembra por hembra. Pero, si a alguien le condona su hermano la pena, que sea conforme al uso la indemnización y que él lo otorgue buenamente. Esto es un alivio que os da Al.lah, una misericordia. Quien, después de esto, viole la ley, tendrá un castigo doloroso.
178/179. En la ley del talión tenéis vida, ¡hombres de inteligencia! Ojalá os guardéis.
En saban (febrero) de 624, Mahoma dio un paso más en su afianzamiento del poder – y en su distanciamiento de su trayectoria anterior – ordenando que la dirección de la oración dejara de ser la de Jerusalén y fuera sustituida por la Meca. Un viernes, en el momento de incorporarse de una arraca en dirección a Jerusalén, Mahoma dio media vuelta – un acto que fue, inmediatamente imitado por sus seguidores – y se inclinó en dirección a la Meca. Como en otras ocasiones antes y después, Mahoma legitimó aquel cambio apelando a una nueva revelación:
146/147. La Verdad viene de tu Señor. ¡No seas de los que dudan!
147/148. Todos tienen una dirección adonde volverse. ¡Competid en buenas obras! Dondequiera que os encontréis, Al.lah os reunirá. Al.lah es omnipotente.
148/149. Salgas por donde salgas, vuelve tu rostro hacia la Mezquita inviolable. Ésta es la Verdad que viene de tu Señor. Al.lah no pasa por alto lo que hacéis.
149/150. Salgas por donde salgas, vuelve tu rostro hacia la Mezquita inviolable. Estéis donde estéis, volved vuestros rostros hacia ella, de modo que nadie, excepto los injustos, puedan alegar nada contra vosotros. Y no les temáis a ellos, sino a Mí. Así completaré Mi bendición en vosotros y podáis ser guiados.
150/151. Igualmente os hemos mandado un Mensajero de entre vosotros para que os recite Nuestros signos, para que os purifique, para que os enseñe la Escritura y la Sabiduría, para que os enseñe lo que no sabíais.
151/152. ¡Acordaos de Mí que Yo Me acordaré de vosotros! ¡Dadme las gracias y no Me seáis desagradecidos!
(2: 136/142-147/52)
El cambio estaba revestido de una importancia que iba mucho más allá de lo litúrgico. De entrada, dejaba de manifiesto que Mahoma había reorientado no sólo la dirección hacia la que debían dirigirse las oraciones sino también una porción de su mensaje. A partir de ahora, la ciudad sagrada sería – gustara o no a los coraishíes – la Meca aunque algunos autores niegan la historicidad de ese hecho [3]. Pero a esta circunstancia se añadía otro aspecto no menos relevante y era la situación ambigua en que quedaban los judíos. Hasta ahora habían sido aliados en pie de igualdad, pero ¿qué sucedería en el futuro? No se trataba de una pregunta retórica porque, en ese mismo mes, Mahoma dio una nueva advertencia a los judíos en el sentido de que los tiempos estaban cambiando. Al llegar a Yatrib, Mahoma había dispuesto que el ayuno musulmán tuviera lugar el día 10 de Tisrí del calendario judío, Yom Kippur, es decir, el Día de la Expiación. Sin embargo, ahora decidió que, en lugar de ese ayuno judío de veinticuatro horas seguidas, sus seguidores ayunarían todos los días de un mes entero aunque sólo durante una porción del día. Así quedaría señalado en 2: 179/183-183/187:
182/183. ¡Creyentes!; Se os ha prescrito el ayuno, al igual que se prescribió a los que os precedieron. Ojalá temáis a Al.lah.
183/184. Por días determinados. Y quien de vosotros esté enfermo o de viaje, (deberá guardar) un número igual de días. Y los que, pudiendo, no ayunen podrán redimirse dando de comer a un pobre. Y, si uno hace el bien espontáneamente, será mejor para él. Pero os conviene más ayunar. Si supierais...
184/185. En el mes de ramadán se hizo descender el Corán como dirección para los hombres y como pruebas claras de la Guía y del Discernimiento. Y quien de vosotros esté presente ese mes, que ayune en él. Y quien esté enfermo o de viaje, (que guarde) un número igual de días. Al.lah quiere hacéroslo fácil y no difícil. ¡Completad el número señalado de días y ensalzad a Al.lah por haberos guiado! Ojalá, seáis agradecidos.
No fueron las únicas innovaciones introducidas por Mahoma en estos primeros meses pasados en Yatrib. Es posible que una parte considerable de las normas relacionadas con la vida privada – sexo incluido – y pública se dictaron en esta época. De manera bien significativa, se trataba de una normativa que chocaba con las normativas internas de sus aliados, especialmente, los judíos. Los datos que nos han llegado parecen indicar que Mahoma había decidido conquistar ahora con la espada aquello que no había logrado mediante la persuasión de la palabra. Ciertamente, en los tiempos venideros, no iba a tolerar obstáculo alguno frente a sus planes.
CONTINUARÁ
[3] Un cuestionamiento radical de las tradiciones relativas a la Meca en P. Crone, Slaves on Horses: The Evolution of the Islamic Polity, Cambridge, 1980; Idem, Meccan Trade and the Rise of Islam, Princeton, 1987; Idem y M. Cook, Hagarism. The Making of the Islamic World, Cambridge, 1977.