Una persona a la que quiero especialmente me envió hace un tiempo esta canción que – lo reconozco – me cautivó desde los primeros compases. En ella se recogen algunos de los aspectos más hermosos de la relación personal con Dios que yo – y como yo millones - disfruto a diario: la sensación gozosa de ser parte de Su diseño, la no menos alegre consciencia de poder confiar en El con la misma confianza con que saltaría a los brazos de alguien muy querido, la luz que deriva de la comprensión de la obra de Jesús en la cruz que es la que nos salva y no nuestros méritos o el paseo al lado de Dios como al lado de un Padre. La voz, la canción y hasta los acompañamientos despiertan un eco en mi corazón que es más cierto que lo que muchos considerarían real. Si se fijan en la letra, muchos aprenderán más de mi de lo que pueda derivarse de un seguimiento de años. Ah, por cierto, no conocía a la intérprete originalmente, pero me pareció realmente buena. Hace tan sólo unos meses tuve oportunidad de conocerla en una iglesia de Bogotá, Colombia, donde estaba invitado a pronunciar unas conferencias. Fue una alegría verla interpretar en persona esta canción.
Les dejó con esta canción, pero quiere recordarles que, como dice su letra, si algo no está funcionando en ustedes o se sienten oxidados… Jesús es la respuesta. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Y aquí está Adriana Bottina y su hermosa canción