Durante años, la había desarrollado con un éxito notable en el este de Estados Unidos, pero ahora su mala salud le había forzado fuera de ese ministerio. Sin embargo, Cushing no era un hombre dispuesto a dejarse derrotar por las circunstancias por muy duras que éstas fueran y decidió intentar seguir sirviendo a Dios en otras áreas. Fue así como empezó a escribir himnos. Fue así como nació Hinding in Thee (Escondiéndome en ti), una hermosa canción en la que se resumía no poco de su experiencia personal.
No hace falta decir que son muchos los que se hunden ante el empuje despiadado de la existencia. La pérdida de un ser amado, del trabajo, de la ilusión son sólo algunos de los tragos amargos que se pueden experimentar y Cushing sabía no poco del tema. Pero cuando se llega a ese punto, siempre cabe la posibilidad de refugiarse, cubrirse, esconderse en Dios. Como recuerda Cushing, Dios es la Roca – ¡pobres desdichados aquellos que piensan que la roca o piedra es un ser humano! – una Roca que es fuerte y en la que resulta posible refugiarse (Salmo 31: 2). Cuando se contempla la propia debilidad, el propio pecado, la propia incapacidad no resulta difícil caer en el desánimo, pero es mucho mejor dejarse caer en las manos de Dios, un Dios sólido como una roca que está en una posición mucho más elevada que la nuestra y que nos brindará su protección.
Les he escogido dos versiones de este conocido himno. La primera es de Haven of Rest Quartet (Cuarteto del ámbito de descanso) que combina esta canción con la conocidísima Rock of Ages a la que me referí hace algunas semanas. La otra es una más modernizada de Tom Randa. No he dado con ninguna en español en esta ocasión. No importa. Lo realmente relevante es que aquellos que lean este post sepan que si la vida los está golpeando hay una Roca que está dispuesta a brindarles refugio, protección y abrigo y que esa Roca es Dios.
Esta es la versión de Haven of Rest Quartet
www.youtube.com/watch?v=oNZ5VDVX0Qo
Y ésta la de Tom Randa