Por supuesto, sus ojos pueden ver el plato que hay sobre la mesa, las llaves del auto o la cajetilla de cigarrillos, pero su visión espiritual es nula. Incluso los análisis más sofisticados se quedan cortos porque carecen de esa dimensión final que proporciona todas las claves.
De hecho, es imposible comprender los tiempos en que vivimos sin disponer de una visión que sólo puede dar Dios. Creo que esa es la razón por la que me gusta tanto esta canción. En ella, se suplica a Dios que abra los ojos, pero no los de la carne, sino los del corazón para poder contemplar la auténtica realidad, la que se escapa a la inmensa mayoría.
Cuando se llega a ver esa dimensión se comprende la inmensa santidad de Dios y nuestra insignificancia, la mezquindad de no pocas de las discusiones humanas y la altura del Señor y, por encima de todo, se ven las cosas como deben verse que no es, precisamente, como suelen decir los profesionales de la política, la economía o la religión.
Les dejo tres versiones de la canción. La primera es de Randy Travis que ha realizado hermosas versiones de música góspel e incluso compuesto temas más que notables. La segunda es del Oslo Gospel Choir, verdaderamente notable. Finalmente, les dejo una versión en español cantada por Marcos Barriento. Espero que las disfruten, pero también que le supliquen a Dios que les de Su visión. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!
Aquí está Randy Travis
Y éste es el Oslo Gospel Choir
Y una versión en español