Antes de ayer, el TSJA propinó un más que merecido varapalo a la ley basándose – como debe ser – en la jurisprudencia del Tribunal constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Ayer, mientras Chaves, el presidente de Andalucía, anunciaba que iba a recurrir la sentencia y la vicepresidenta del gobierno predicaba en un aula las bondades de la España del PSOE contrapuesta a la del PP – por lo visto, en su arrugado y rancio sectarismo es incapaz de que concebir una España en la que quepan ambos y otros por añadidura – tan sólo en Alicante 1.435 nuevas familias objetaban contra ese engendro totalitario. No me cabe duda de que la Educación para la Tiranía es de lo peor – y no hay poco donde escoger – de lo concebido por ZP. Equivale a entregar criaturas desde los 3 años en manos de gente sin escrúpulos, que odia la libertad y que sólo ansía dominar cuerpos, corazones y cerebros por encima de lo que deseen sus padres o de lo simplemente humano y natural. Lenin, Hitler, Stalin o Mao estarían encantados y, desde luego, ofrecen precedentes de ese control de la infancia y la juventud por el poder político. Aunque sólo fuera por esto – y no es sólo por esto – ZP y sus acólitos deberían desaparecer de la política. Por higiene democrática y humana.