Pero el viernes lo hemos pasado casi entero en Madrid. Traslado a la capital, viaje desde allí a Alcobendas amenizado por Gabino Fernández que estuvo hablando de la Inquisición y de la libertad religiosa a lo largo de la Historia de España conectándolo con lugares concretos y, generalmente, poco conocidos de la capital; comida de la mejor carne en The Knife; regreso a Madrid para escuchar a Curro Royo en el campus y teatro por la noche. No sé cómo nos hemos mantenido en pie con este programa.
Resultaría un tanto prolijo describir todo, pero debo señalar que tanto Gabino Fernández como Curro Royo estuvieron muy bien. El primero recordó – seguramente para no pocos fue la primera vez que lo escuchaban – el enorme papel representado por los evangélicos españoles en la lucha contra la esclavitud en las colonias españolas. La misma estaba santificada por la iglesia católica y, lógicamente, el enfrentamiento con la vil institución – como en el resto del mundo – recayó en los evangélicos. La diferencia está en que en Gran Bretaña les han dedicado una serie de televisión y varias películas y en España casi nadie conoce el tema y, por añadidura, no faltan los que se jactan del legado católico e ignoran que España estuvo a la cola a la hora de abolir la peculiar institución precisamente a causa de ese legado. Como en tantas, tantísimas ocasiones, la Historia real ha sido ocultada para que nadie la conozca. Claro que Gabino no habló sólo de ese tema sino de muchos otros y acabó recomendando la lectura de esa obra maestra que es El Gran Inquisidor de Dostoyevsky. Sin duda, uno de los textos donde mejor se describe la trayectoria histórica y el alma real y no propagandística de la iglesia católico-romana.
La intervención de Curro Royo – guionista de Cuéntame cómo pasó, de Médico de familia, de Periodistas y de tantas otras series de éxito – resultó extremadamente agradable. Su primera parte fue una entrevista que se emitió en el espacio Candilejas de La Voz y, acto seguido, dentro del campus y fuera del programa, los asistentes lo acribillaron a preguntas en el curso de un animadísimo coloquio. Lo que se produjo entonces fue una lección magistral en forma de diálogo en el curso de la que Curro Royo abordó desde las técnicas de escritura de un guion a los controles de las televisiones pasando por cuestiones como el bloqueo creativo que tanto él como yo reconocimos que nunca habíamos sufrido.
A la salida – estábamos en la calle san Pedro – uno de los asistentes al campus tuvo la magnífica idea de que nos acercáramos – apenas unos metros – a la casa en que vivió el poeta Pedro Salinas y allí procedió a leer una de sus poesías. Resultó un momento muy emotivo y hermoso y todos los asistentes al campus le agradecimos la iniciativa y coronamos con aplausos su recitado. La casa situada al lado de la de Salinas era la misma en la que Lina Morgan, recientemente fallecida, había nacido y vivido. Quizá no cabía un prólogo más adecuado para dirigirnos al teatro Bellas Artes para asistir a la representación de El estanque dorado con Héctor Alterio y Lola Herrera. Con nueva gente que se nos había sumado para este fin de semana, asistimos a un magnífico trabajo de interpretación – especialmente Alterio – aunque, lamentablemente, el texto les pareciera a bastantes de los asistentes al campus un tanto flojo. Y fue acabar y marchar todos a Alcalá de Henares a recibir un más que merecido descanso. El campus todavía continúa. God bless ya!!! ¡¡¡Que Dios los bendiga!!!