El fascismo unía el socialismo – no-marxista, eso sí – al nacionalismo lo que explica su enorme capacidad de fascinación. Nadie lo reconocerá, pero no sólo el peronismo sino también muchas de las medidas adoptadas por los gobiernos democráticos de posguerra tuvieron una clara inspiración fascista. Quizá ese fascismo hubiera sido una tercera vía en la posguerra si se hubiera aliado con Gran Bretaña en vez de con el III Reich. No fue así. Razón de más para conocerlo a fondo y más allá de las condenas justamente sufridas. A fin de cuentas, Mussolini trazó todo un esquema para destruir desde dentro los sistemas democráticos y Hugo Chávez o Evo Morales – mal que les pese a muchos – le deben mucho más a ese modelo fascista que, por ejemplo, a Lenin.
Disfruten, pues, este Corría el año… en el que nos acercamos a este fenómeno histórico cuya influencia llega hasta hoy.