En 2013, unos jóvenes irrumpieron en el Centro cultural Blanquerna de Madrid durante un acto independentista catalán. Pretendían protestar por una ofensa contra su patria y profirieron gritos de “¡Cataluña es España!”. Las fuerzas del orden público y la administración de justicia actuaron rápidamente y los muchachos se vieron enjuiciados y condenados.
Aún no hemos salido del golpe de estado perpetrado por el nacionalismo catalán y ya suenan las voces que apuntan a una reforma constitucional como una manera de acabar con más que posibles problemas futuros. Lamentablemente, las opiniones al respecto señalan que lo ideal sería dar más autonomía y más dinero a Cataluña.
EL SEGUNDO VIAJE MISIONERO (XVIII): las cartas a los Corintios (V): La segunda carta a los Corintios (I)
Entre las voces que, últimamente, han apoyado la sedición en Cataluña se han dado cita chavistas, clérigos y fabricantes de cava lo que no sorprende porque el nacionalismo catalán lleva décadas tejiendo una maraña de intereses.
Teóricamente, mis dos últimos días en Paraguay tendrían que haber sido plácidos y tranquilos, pero sucede todo lo contrario. La noche antes recibo un comunicado de que me han recolocado en el vuelo de regreso y no puedo abandonar Paraguay hasta el martes.
Llega el 14 de septiembre y ya hay personas que se han percatado de la situación precaria en la que nos encontramos mi asistente y un servidor. Se sienten mal, apenados, avergonzados. Incluso nos piden disculpas por lo que sucede aunque no sólo no tienen responsabilidad de nada sino que hacen gala de una exquisita hospitalidad.